El mundo cinegético y las administraciones son los enemigos naturales de la fauna silvestre. Los primeros de forma directa con sus disparos, persecuciones y masacres indiscriminadas que destruyen, no solo a los animales a los que tirotean de forma directa, sino toda la cadena natural trófica y los espacios en los que viven los animales. Los segundos lo son por omisión de sus deberes y obligaciones de protección a los animales y por su apoyo y financiación al mundo cinegético y a todos aquellos centros de recuperación que, no solo no protegen a los animales silvestres, sino que suponen una estafa absoluta a la vida y a las personas que confían en ellos.
Además de esto, muchas acciones individuales hechas con la mejor de las intenciones por cualquiera de nosotr@s pueden ocasionar mucho daño a los animales silvestres.
Aquí os dejamos algunas de las cosas que,, según nuestra opinión, no debemos hacer:
1- Alimentar a los animales adultos sanos si no hay una causa mayor ( inundaciones, incendios, temporales…) que lo justifique.
Esto sucede mucho con zorros. Estos animales, curiosos y sociables por naturaleza, tienden a acercarse a los humanos para conseguir algo de comer. Con toda su buena intención, es muy probable que alguien les dé comer con la mano o que se acerque demasiado convirtiendo al zorro en carne de cañón de escopeteros. Un animal silvestre que confíe en los humanos, es un animal muerto. En caso de tratarse de un cachorro, un animal enfermo, mutilado, herido, etc, hay que rescatarlo con ayuda de personas especialistas en ello y llevarlo a un sitio adecuado ( en la mayoría de los CREAS y en los CRAS a los animales considerados cinegéticos los eutanasian sin miramientos) para posteriormente intentar reintroducirlo, en caso de que se pueda. Si es un animal adulto y sano y no existe ninguna situación excepcional de incendio, temporal, etc, no debemos interactuar de ningún modo con él, y en caso de que se dé dicha situación excepcional los alimentos nunca se dan con la mano, se dejan por la zona con el fin de que los animales los encuentren pero sin relacionarlos con los humanos.
2 – Coger animales, estresarlos, causarles heridas y lesiones.
Esto es aplicable para todo tipo de animales, insectos, anfibios, reptiles, peces …Si no es para rescatarlos o ayudarlos, no se tocan. Las fotos, los vídeos y los caprichos humanos no valen ni un minuto de estrés de un animal que está en su hábitat realizando su ciclo vital.¿Os gusta la fotografía? Compraos un teleobjetivo. Es importantísimo enseñarles a los niños que a los animales se les observa, se les contempla, se les estudia y se les admira, pero no se les toca ni se les daña de ningún modo. No se meten en botes, no se llevan a casa, no se cogen con redes. Se les deja en paz . En caso que haya que rescatarlos de algún peligro se deben coger con un cuidado extremo y si es posible con guantes, especialmente a los herpetos.
3- Mover piedras, alterar el espacio, acercarse a nidos, tocar las madrigueras…Todo tiene su función y posiblemente sea aprovechado por algún animal como refugio, como escondite, como madriguera…
Debajo de las piedras viven insectos, reptiles, arácnidos y micromamíferos y si las levantamos les dejamos sin protección y sin refugio.
Los nidos de las aves están situados de forma estratégica para ocultarse de los depredadores, de modo que alterar cualquier elemento del entorno puede dejarlos en una situación vulnerable.
Tampoco debemos acercarnos puesto que nuestra huella de olor puede atraer a otros animales.
4- Expoliar el monte llevándonos todas las moras y otros frutos ya que son alimento de muchos animales.
5- Tener animales silvestres en cautividad incluidas arañas, peces en peceras, reptiles y anfibios. Compartir fotos, vídeos o darle like a estas imágenes de animales desnaturalizados, fomenta el comercio y el tráfico con todas las muertes que ello conlleva.
6- Acudir a zoológicos o a lugares en los que haya animales cautivos que no sean verdaderos centros de recuperación o santuarios.
En cambio, cambiar nuestros hábitos alimenticios, dejar de invadir sus hábitats, educar a los niños en el respeto a los animales, recoger basura, recorrer el monte en busca de trampas para los animales para denunciarlas y retirarlas, buscar puntos de agua artificiales que supongan un peligro e instalar rampas hechas con piedras o tablones para que puedan escapar y rescatar a todos aquellos que lo necesiten, son acciones individuales que mejorarán de forma sensible la vida de los animales silvestres.
Texto: ALICIA ROA | Free Fox · Nuestros amigos los zorros
🔴 La demoledora carta del Parlamento Europeo, subrayando que el trato a los perros de caza en España va en contra de los valores europeos.
Se envió a las 17 comunidades autónomas y al gobierno. Esta carta expresa la profunda preocupación que siente Europa por esta situación.
El Parlamento Europeo recuerda que en el resto de la Unión Europea la caza con perro está prohibida por ley a causa de la crueldad que conlleva.
El Parlamento pide que las Rehalas en Andalucia (y ahora también en Extremadura) dejen de ser Bien de Interés Cultural.
👉 Carta enviada por el Parlamento Europeo:
Bruselas, 11 de marzo de 2021
Carta abierta sobre el bienestar de los perros de caza en España
En nombre del Intergrupo del Parlamento Europeo sobre Bienestar y Conservación de los Animales, escribimos para expresar nuestra preocupación por el trato que se da en España a los perros de caza.
El artículo 13 del Tratado de Lisboa exige que los Estados miembros de la UE adapten sus legislaciones nacionales de manera que cumplan con la consideración a los animales como seres sintientes (sentient beings) y la misma sea tenida en cuenta en futuras iniciativas políticas.
Nos preocupa especialmente el lento avance en la introducción e implementación de leyes de bienestar animal en España con respecto a los galgos y otros perros de caza.
Si bien la conciencia sobre la necesidad de una protección eficaz del medio ambiente y el bienestar animal está aumentando en la sociedad española, el desarrollo de leyes y políticas de bienestar animal no ha seguido el ritmo de esta tendencia.
El trato a los galgos y a otros perros de caza en España es un ejemplo particularmente grave. La responsabilidad de legislar y hacer cumplir la ley en cuanto a protección animal recae en las 17 comunidades autónomas, lo que da lugar a un conjunto diverso de normativas de difícil aplicación.
Consecuencia directa de esta falta de integración es que España tiene la mayor incidencia de perros abandonados en la Unión Europea, con más de 180.000 perros rescatados solo en 2019 (datos de la Fundación Affinity en su estudio sobre perreras y centros de rescate españoles publicado en 2020). Sin embargo, las cifras oficiales están en marcado contraste con estos datos, contemplando tan solo ocho galgos abandonados en 2019.
Consideramos que el trato a los perros de caza en España está en contradicción con los valores europeos y no encontramos justificación alguna de la diferenciación en la protección que se otorga a los animales de compañía, frente a la que se da a galgos y otros perros de caza, considerados animales de trabajo. Distinción que sin lugar a equívocos está disminuyendo notablemente su nivel de protección, negándoles la condición de seres sintientes reconocidos en el Artículo 13 que, entre otras cosas, exige que se los mantenga en condiciones razonables de habitabilidad y libres de todo sufrimiento innecesario, incluido el abandono y maltrato por parte de sus dueños.
Cabe señalar en este contexto que, en el resto de la Unión Europea, la caza con perros en campo abierto, modalidad en la que no interviene el hombre, está prohibida por ley a causa de la crueldad que ella conlleva.
Esto contrasta con las leyes y prácticas que en España se impulsan activamente desde lo público, incluso hasta el punto de otorgar subvenciones a organizaciones involucradas en el fomento de la caza con galgos y otros perros.
Por tanto, recomendamos que se considere urgentemente la necesidad de una ley unificada de protección animal que abarque todo el territorio español. Se necesitan medidas legales renovadas en las áreas de cría, identificación y registro de perros, junto con la ejecución efectiva de multas ejemplares y penas privativas de libertad en casos extremos de crueldad animal, así como la creación de controles policiales sistemáticos con la provisión de los recursos adecuados.
Además, la legislación española actual permite que el 85,6% del territorio nacional sea terreno de caza, privilegiando al 1,6% de la población que tiene licencia de caza. Durante el confinamiento debido al COVID- 19, en 2020 los cazadores quedaron exentos de las restricciones que se aplican al resto de la población y actividades de ocio al aire libre. Su actividad, la caza, tuvo como consecuencia 52 accidentes mortales, mientras que cerca de 600 personas resultaron heridas.
Por lo anterior, solicitamos respetuosamente al gobierno español y a sus organismos competentes, que reconozcan y respeten el derecho de los españoles no cazadores, el 98,4% de la población, de disfrutar de la naturaleza e interactuar con el medio ambiente de manera pacífica, sin las restricciones impuestas por la caza y la desproporcionada asignación en exclusiva de tierras para fines cinegéticos. Asimismo, hacemos un llamamiento al refuerzo, apoyo y al debido reconocimiento a la labor de las agencias de protección del bienestar animal y su personal, Agentes Forestales, quienes se han declarado desprotegidos frente a los cazadores en numerosas ocasiones. Su número insuficiente se traduce en que los cazadores pueden realizar sus actividades en gran medida exentos de cualquier requisito legal destinado a prevenir la crueldad animal.
En el anexo enumeramos una serie de medidas concretas que consideramos de mucha importancia que sean incluidas en una ley unificada de protección animal y confiamos en que el gobierno español tomará debidamente en cuenta esta carta.
Hoy los campos de nuestro país se tiñen de sangre. Comienza el sin sentido de la “media veda”, que se prolongará hasta finales de septiembre y donde se autoriza la caza de aves migratorias, urracas, zorros…
Los cazadores están ansiosos por desempolvar sus escopetas y “probar” a su nueva hornada de víctimas caninas.
Con la sequía extrema y el cambio climático, los ecologistas vuelven a solicitar a las CCAA que se les dé tregua a los animales que se encuentran en clara desventaja. Pero eso a los cazadores les da igual. Los auto proclamados “defensores de la naturaleza” diezman poblaciones de una especie llevándola al borde de su extinción…
Adrià Jariego, periodista de ANIMALADOS, contacta con la Plataforma NAC para conocer la postura de la Plataforma sobre la concesión por parte de la Generalitat de Catalunya de una subvención a los cazadores para combatir la superpoblación de conejos y jabalíes.
Os dejamos copia del interesantísimo artículo resultante de la entrevista con NAC y otros colectivos y enlace a la noticia original:
El término ‘emergencia cinegética’ es una falacia que se han inventado los cazadores para justificar la caza en cualquier momento
El Govern de la Generalitat de Catalunya concede una subvención por valor de 295.000 euros a los cazadores para combatir la superpoblación de conejos y jabalíes.
El Departament d’Acció Climàtica (DAC) de Catalunya ha concedido una subvención directa a la Federación Catalana de Caza (FCC) dirigida a financiar los gastos relacionados con la emergencia cinegética declarada en relación con el aumento del jabalí en zonas de Girona y la superpoblación de conejos en la llanura de Lleida. Animalados se ha puesto en contacto con la Plataforma No A la Caza (NAC) para analizar esta decisión por parte del gobierno catalán.
“Nos parece una decisión desacertada. La caza es uno de los principales motivos por los que se generan desequilibrios en los ecosistemas. Hoy en día una gran cantidad de animales que viven en el monte proceden o tienen alguna consanguineidad con animales salvajes criados en granjas cinegéticas intensivas, más de 300 legales y se desconoce el número de las ilegales en todo el país. Es algo así como el ‘bombero pirómano’. Esto lo conocen de sobra las administraciones públicas y saben que cazar no sólo no soluciona ‘el problema’, sino que lo agrava”, declara NAC.
“En época electoral, los cazadores saben jugar muy bien sus cartas. La caza mata indiscriminadamente a animales adultos y sanos y eso provoca, por ejemplo, que las hembras maduren cada vez más pronto, entrando antes en celo y prolongándolo. También provoca que traigan más crías por parto. Se trata de un mecanismo de defensa para asegurar la continuidad de las especies”, agrega la Plataforma.
Jabalí abatido en batida de caza
“La caza mata indiscriminadamente a animales adultos y sanos”
Según el Departament, parte de la subvención está encaminada a chalecos de protección que se repartirán entre sociedades de cazadores cuando actúen en las áreas privadas de caza en zona de emergencia cinegética de Girona. El DAC argumenta esta concesión en que, durante las redadas, muchos perros quedan heridos y los gastos veterinarios para su cuidado son elevados y una manera de prevenirlo es proteger a los perros con chalecos.
La Federación Catalana de Caza ha especificado que, además de destinar la subvención a la compra de chalecos, esta ayuda servirá también para comprar 570.000 cartuchos de los que serán beneficiarias las sociedades de cazadores de Lleida.
Parte de la subvención estaría dirigida a la compra de chalecos protectores/DAC
“El dinero se supone que irá destinado a comprar 570.000 cartuchos para abatir a 300.000 conejos en Lleida y 450 chalecos para proteger a los perros de los daños que puedan sufrir mientras los echan a una lucha encarnizada para aniquilar a 7.000 jabalís en Girona, de aquí a septiembre… Y en octubre empieza la veda habitual de caza… ¿De dónde salen estas cifras? ¿En qué censos se basan para tomar estas decisiones? ¿Cómo saben que hay superpoblación y no ‘concentración’ de estas especies en un punto concreto debido a la sequía? ”, se pregunta la organización de defensa animal.
“¿Cómo saben que hay superpoblación y no ‘concentración’ de estas especies en un punto concreto debido a la sequía?”
“Muchos animales se acercan a los humanos en busca de agua, más que de comida, y los riegos por goteo de muchos cultivos generan charcos que los animales utilizan para beber. Por culpa de la agricultura intensiva y la mejora de maquinaria, no quedan excedentes de alimentos en el suelo que antes eran aprovechados por los animales y son triturados con gran maquinaria, por lo que provoca que coman directamente de las plantas, dañándolas”, añaden en referencia a la conducta de muchos animales que son víctimas de la actividad cinegética.
Una subvención ‘insuficiente’ para los cazadores
Hace unas semanas, Sergi Sánchez, presidente de la Federación Catalana de Caza, expresó que no es razonable ni sostenible que sea el colectivo cazador de Catalunya quien tenga que soportar de su bolsillo todos los gastos derivados de la emergencia cinegética declarada por la Generalitat con el objetivo de abatir 7.000 jabalíes y 300.000 conejos finos en septiembre.
Según el colectivo de cazadores, la cuantía de la subvención está lejos del coste real que genera su participación en el plan de emergencia cinegética de la Generalitat. Aun así, celebran que esta concesión “es un nuevo hito para la FCC en beneficio del colectivo» y un paso adelante por parte de la Generalitat a la hora de reconocer «la importancia y la labor llevada a cabo por los cazadores y cazadoras de Catalunya como gestores del medio natural”.
Sin embargo, NAC no está ni mucho menos de acuerdo con estas palabras de los cazadores y considera que “es un despróposito que con los impuestos de todos se esté subvencionando una actividad violenta que no soluciona nada y encima contamina y envenena nuestros espacios naturales, acuíferos y otros animales (como las aves) con el plomo (plumbismo). Estos 295.000€ de subvención se podrían destinar a paliar los daños de los agricultores y a contratar biólogos conservacionistas que ayudaran a implementar medidas alternativas a la caza que ayudaran a restaurar el equilibrio que nunca debió de quebrantarse”.
«Estos 295.000 € de subvención se podrían destinar a paliar los daños de los agricultores»
Los perros de caza, víctimas de una supuesta emergencia cinegética
La participación de los cazadores en el plan de emergencia cinegética también ha tenido consecuencias negativas para los perros. Según la Plataforma NAC, “ellos también son víctimas de la caza y sufren maltrato y sufrimiento extremo, considerados meras herramientas explotadas como armas para beneficio de los cazadores. Son útiles en temporada, pero una vez acaba suelen ser abandonados o directamente los matan a golpes o a tiros, arrastrándolos o colgándolos. El fin de la temporada de caza es el principal motivo de abandono de perros en España”.
La organización de defensa animal advierte que “el término ‘emergencia cinegética’ es una falacia que se han inventado los cazadores para justificar la caza en cualquier momento, fuera de las vedas preestablecidas y, por lo tanto, no están justificadas. El mito de la superpoblación se convierte en el pretexto de la matanza. Primero eliminan a los depredadores naturales, legal o ilegalmente, por ser considerados su ‘competencia’ directa. Posteriormente hacen sueltas en los cotos de los animales criados en granjas cinegéticas, garantizando así la rentabilidad de estos al asegurarles capturas masivas”.
«El mito de la superpoblación se convierte en el pretexto de la matanza»
“Los cazadores invierten mucho esfuerzo y dinero en blanquear su imagen y promocionar ‘su negocio’, autoproclamándose los salvadores de cultivos, enfermedades y accidentes de tráfico. Y aún consiguen recibir millonarias subvenciones por crear el problema y luego otra vez para ‘resolverlo’. Los efectos resultan devastadores: daños al medio ambiente, masacre animal que diezma la biodiversidad, destrozo del equilibrio de la cadena trófica natural y conversión de los campos en fábricas de dianas vivas. La superpoblación deja de ser una razón que justifica la caza para constituirse en su consecuencia interesada. La caza no es la solución, sino la causa. El negocio de la mentira, la sangre y la destrucción”, concluyen.
En noviembre de 2010 publiqué un texto con el título de “Amenazas de cazadores” donde relataba una situación real. Terminaba con esta frase: “Es la crónica de una ejecución anunciada”.
A pesar de las amenazas (algunas de muerte) y de las agresiones recibidas, la víctima de aquellos cazadores continúa viva trece años después, pero en todo este tiempo lejos de cesar tales actitudes y los motivos que las originaban, que ya venían de atrás, han seguido teniendo lugar las conductas agresivas por parte de los escopeteros y su limpiarse las chirucas con la Ley a la hora de hacer lo que tanto les divierte: disparar a animales, sólo que ahora, a todo eso y al menos en esta ocasión, se suma un comportamiento por parte de miembros las Fuerzas de Seguridad calificable como poco de escasamente profesional.
Julio F., dueño de varias fincas en un Concello de Ourense que están segregadas del Tecor (Terreno cinegéticamente ordenado) “San Trocado e Cidades” mediante una Resolución emitida por la Consellería de Medio Ambiente de A Xunta de Galicia el 21 de marzo de 2006, lleva desde entonces teniendo que ver y soportar cómo los cazadores se meten con sus perros a cazar en sus terrenos aunque esté prohibido, además de arrancarle una y otra vez los carteles que indican que que aquellas fincas están legalmente declaradas como “Refugio de Fauna” o dispararle a los más altos. La actitud de éstos cuando les ha recordado que no podían cazar allí ha sido frecuentemente, y según ya contaba en aquel texto, soltarle frases como «Lárgate de aquí, no molestes que ya te conocemos y vas a acabar mal», «Cazo donde me sale de los cojo…»,«Ya te dije el año pasado que un día te voy a matar» o, aludiendo a otros cazadores que en aquel entonces tuvieron que indemnizar a este hombre por haberle propinado una paliza en una situación similar, advertirle así: «Yo no te voy a pagar. Yo voy a tu casa, te mato y te tiro en una esquina».
El 2 de octubre de 2022, igual que llevan haciendo desde mucho tiempo atrás de forma descarada e impune los miembros de Tecor “San Trocado e Cidades” a pesar de su ilegalidad y estar penado el incumplimiento con sanción grave, se encontraban cazando en una de las fincas reconocidas como “Refugio de Fauna” propiedad de Julio. Por cierto, que también ocupaban una carretera pegada a esa parcela, y aunque eso no está prohibido en Galicia porque desde 2013 en dicha Comunidad se permite la caza en carreteras públicas asfaltadas que no estén expresamente señalizadas como tales, algo realmente demencial, conviene apuntar que aquella medida modificó la normativa anterior que no lo autorizaba, y que O Valedor do Pobo de Galicia, el equivalente al Defensor del Pueblo, lleva años recomendando que no se permita por el peligro que conlleva, una indicación que A Xunta sigue burlando.
Pero volvamos a esa mañana: Julio, al ver lo que estaba pasando, detuvo su coche en la carretera pegada al Refugio y le dijo al cazador que se encontró armado junto a la entrada de su finca que lo que estaba haciendo era ilegal, avisando de forma inmediata a la Guardia Civil y quedándose allí a esperarla. A los segundos de bajarse de su vehículo observó (está grabado) como uno de los perros de caza salía del “Refugio de Fauna”. El cazador llamó a otros participantes para suspender la batida, decirles que se reuniesen en ese lugar y comunicarles que iban a denunciar a Julio. Desde el primer momento se sucedieron las acusaciones falsas por parte de los escopeteros (minutos 0:43,1:50, 10:50), los insultos y comentarios despectivos hacia él (minuto 10:08) e incluso a su mujer (minuto 13:25), todo ello con una actitud chulesca en la que queda patente el carácter pendenciero y provocador de esta gente. Y algo especialmente grave: uno de los cazadores, precisamente el responsable de la batida, mantuvo hasta un rato antes de la llegada de los efectivos de la Guardia Civil su arma cargada estando Julio a su lado (minuto 7:37).
Durante esos minutos, largos porque tardaron en aparecer, Julio estaba grabando con el móvil al igual que hacían cazadores, por lo tanto, los hechos no se pueden considerar un enfrentamiento de versiones contrapuestas de lo ocurrido. Vídeo y documentación los convierten en una realidad única y demostrable.
Transcribo a continuación un párrafo extraído del relato escrito por el propio Julio en su blog, ya que resume perfectamente la situación:
«Después de 17 años viendo como los cazadores pisotean nuestros derechos, los refugios de fauna, la falta de vigilancia y protección a la normativa, la “desaparición” de las denuncias y pruebas que enviamos a Medio Ambiente, incluso de falsificación de “Censos de Fauna”, el robo de señalización, los disparos a los letreros que colocamos en lo alto para evitar su sustracción, etc., ahora parece que pretenden que tampoco denunciemos los abusos de los escopeteros y que les regalemos nuestras fincas, los derechos de propiedad sobre ellas y, en caso de que protestemos reclamando que los guardias impongan la ley y protejan nuestros derechos, seamos nosotros los sancionados».
Todos sabemos cómo son los cazadores, tan capaces de asegurar que cazar no es matar a pesar de las fotografías que se hacen con los cadáveres de sus “trofeos”, como de jurar que aman a sus perros aunque la experiencia constate las cifras abrumadoras de los que son maltratados, abandonados o liquidados por inservibles en ese mundo de plomo y sangre. También somos conocedores de sus frecuentes “accidentes” con el resultado de humanos heridos o muertos consecuencia de su prisa por hacerse con una pieza más o por utilizar armas bajo condiciones físicas o psíquicas mermadas o en lugares no autorizados, y cuando el tiroteado no es uno de ellos (la mayor parte de las veces lo es), alegan que la culpa fue de la víctima por estar allí ya que «El monte es suyo porque lo pagan». Parece que pàra ellos ese posesivo incluye las fincas de Julio legalmente segregadas de los cotos.
Pero lo que deja estupefacto antes de dar paso a la indignación es que miembros de la Guardia Civil muestren una actitud tan poco profesional, se nieguen a revisar las pruebas que Julio les pone delante (minuto 17:00) e incluso hagan comentarios totalmente fuera de lugar cuando una persona solicita su presencia para una intervención. Comentarios realizados por parte de la agente a Julio tales como “Ellos no vienen aquí por gusto, vienen a ejercer el deporte, que es un deporte, de la caza», “Usted nos ha llamado, yo le digo para qué nos ha llamado, para que los eche de aquí, y no lo voy a hacer porque tienen permiso”. Para cazar seguramente, ¿pero para hacerlo en un Refugio de Fauna también? Eso es algo en lo que ella no quiere entrar en ningún momento, ni cuando Julio le pide que lo haga constar en su informe. De esto, y aunque por supuesto se haya preservado su identidad cortando y silenciando partes en el vídeo público, hay pruebas en la grabación.
El caso es que lejos de incoar un expediente sancionador contra los cazadores por estar cazando donde lo tienen prohibido, lo abren contra Julio bajo la acusación de entorpecer la batida. La situación es surrealista y Julio ha presentado alegaciones contra el expediente sancionador, pero es que además merece una seria investigación sobre el comportamiento no ya sólo de los escopeteros por incumplir de forma reiterada la Resolución dictada por A Xunta sobre los Refugios de Fauna violando la Ley de Caza de Galicia en su art. 33.2: «En estas áreas (Refugios de Fauna) la caza estará permanentemente prohibida», así como en el art. 63.11: «Cuando los/las cazadores/as se encuentren a menos de 50 metros de personas ajenas a la cacería, han de descargar sus armas» (recordemos ese arma cargada en presencia de no cazadores), sino también sobre el de los números de la Guardia Civil en esta ocasión, porque analizando el testimonio gráfico parecen estar menoscabándose derechos de un ciudadano al negarse a ver en ese momento la documentación que les aporta así como no comprobar que, efectivamente, hay allí carteles que dejan claro que en esa finca no se puede cazar. A la vista de su intervención en el lugar de los hechos y de la actuación posterior, me atrevería a decir que su actuación no pareció muy digna del uniforme que llevaban. Apuntar que no pertenecían al SEPRONA.
Empleas tiempo y dinero en segregar legalmente tus fincas de terrenos de caza. A pesar de eso compruebas como año tras año los escopeteros desobedecen esa Orden pegando tiros en ellas. Y cuando avisas a la Guardia Civil para que levanten acta de tal infracción te encuentras con que el único culpable eres tú porque han cursado su denuncia atendiendo solamente a las declaraciones del responsable de la batida de caza y obviando las pruebas que les proporciona el verdadero perjudicado. ¿Cómo puede extrañar, ante hechos así, que los cazadores se crean tan impunes y actúen con tanta frecuencia y descaro de acuerdo a su sensación (justificada) de que ellos están por encima de la Ley?
Todo esto está pasando en la Galicia rural. Hace más de dos décadas que tengo relación con Julio. No nos hizo coincidir en un primer momento la lucha por lo derechos de los animales (él lleva desde hace muchos años en el activismo en primera línea jugándose el tipo) sino otra actividad. He estado en su casa, he acudido con él a campeonatos de matanzas de zorros y nos hemos mezclado con los cazadores haciéndonos pasar por periodistas locales. Sé de sus profundos conocimientos sobre todo esto, sé que lo lleva soportando durante tantos años, sé de la valentía y soledad de su lucha en un paisaje precioso, sí, pero amenazante y agresivo por parte de quienes lo consideran su feudo de exterminios, y todo esto hace que no pueda evitar recordar la historia real recreada en la película de As Bestas: el acoso, las amenazas, la indefensión, el saberse solo en un entorno hostil con él, el desamparo por parte de las autoridades y, al fin, el asesinato de Martin Verfordern en un rincón perdido de Galicia llamado Santoalla. Cierto que Julio sigue vivo. Con Martin, que grabó varios de aquellos enfrentamientos, tardaron cerca de tres años en cumplir sus amenazas, como aquella que le había hecho quien tiempo después le asesinó: «Ya estás gordo para matarte. Voy a por ti». Lo que le pasó a aquel holandés afincado en una aldea también de Ourense antes de que le pegaran un tiro con una escopeta de caza fue esa última frase de mi texto de 2010: la crónica de una ejecución anunciada. A Julio, durante estos años, ya le han agredido, golpeado con la culata de sus escopetas y encañonado, además de advertirle que se lo van a llevar por delante.
Sirvan estas líneas para que a nadie con sentido de la Justicia le dejen indiferente, para ponerse en el lugar de Julio, entender lo que tantos años lleva padeciendo y comprender que este no es un caso aislado, y para denunciar unos hechos que crean sensación de desprotección en los ciudadanos, además de falta de confianza en ciertas actuaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Vídeo:
Texto de: Julio Ortega Fraile
Autor del libro La Mirada de los Otros y coautor Palabras para un Toro sin Voz
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