Este sábado comienza la temporada galguera en Castilla y León con la mirada puesta en Madrigal de las Altas Torre.
La temporada de caza de liebre con galgo arrancará este sábado, día de El Pilar, y permanecerá abierta hasta el cuarto domingo de enero del año 2025.
La campaña tal y como contempla la orden de caza de la Comunidad arranca en todos los cotos de caza de la región en este día en el que, tradicionalmente se levantaba el telón a la caza menor en toda España, aunque hace años que esto ya no sucede ya que cada comunidad mantienes sus propias ordenes de vedas y sus calendarios de caza específicos.
La campaña arranca un año más con la incertidumbre sobre cómo van a encontrar los galgueros a su antagónica rival. Las liebres, que tendrán que defender su vida de poder a poder ante los galgos, parece ser que no acaban de levantar cabeza y en las últimas jornadas llegan malas noticias para los aficionados, pues se habla de un repunte de la mixomatosis, sobre todo en acotados de Tierra de campos de Palencia, Zamora y Valladolid y al parecer se están encontrando liebres muertas o enfermas con esta infestación, que hace ya seis años pasó de los conejos a las liebres, sin que las rabonas hayan podido esquivar estos focos de la enfermedad que ha diezmado las poblaciones de liebres en toda España y en Portugal y que esta misma semana llegaban noticias de que la mixomatosis en liebres ha sido detectada ya en la zona de Renania del Norte- Westfalia, en Alemania,..
Como recuerdo para el galguero hay que señalar que la Ley de caza de la Comunidad estipula que, “en la caza de la liebre con galgo únicamente se podrán utilizar perros de dicha raza, en un número máximo de dos, debiendo permanecer sujetos todos los perros participantes hasta el inicio de una carrera y no pudiendo iniciarse una nueva hasta que todos los perros vuelvan a estar sujetos. Además, se prohíbe el uso de armas de fuego y la acción combinada de dos o más grupos de cazadores. También se prohíbe disparar sobre la liebre cuando vaya perseguida por galgos, así como sacarla posteriormente de sus perdederos o refugios para dispararla o volver a soltar los galgos en su persecución”, normas que por otro lado la mayoría de aficionados respetan pero que nunca está mal recordar.
Entretanto hay que destacar que el pasado 5 de octubre se celebró la junta directiva de la Federación de Galgos de Castilla y León, que desde el pasado mes de abril tienen nuevo presidente en la persona de David Jiménez y que se desarrolló en la localidad vallisoletana de Nava del Rey, donde se trataron distintos temas siendo el principal el de la distribución de los grupos para las fases previas del 87º campeonato de España de galgos en campo, Copa de su majestad El Rey que en esta edición se disputará en el mes de enero en Madrigal de las Altas Torres, Ávila, como ya adelantó este diario su día.
La federación regional de galgos participará en las fases previas clasificatorias con 130 clubes galgueros y le corresponden para opta al nacional cuatro grupos, los cuales se distribuyen en tres grupos de 32 clubes y uno de 34 siendo la fecha límite para clasificar a los cuatro galgos campeones de cada grupo, que disputarán una sola liebre por collera, y que serán los que representarán a Castilla y León en el nacional. En la reunión se aprobó el calendario de inicio de las competiciones regionales que será el próximo día 1 de noviembre, estando prevista los finales para el día 21 de diciembre en un campo de carreras aún por determinar.
🔴 La demoledora carta del Parlamento Europeo, subrayando que el trato a los perros de caza en España va en contra de los valores europeos.
Se envió a las 17 comunidades autónomas y al gobierno. Esta carta expresa la profunda preocupación que siente Europa por esta situación.
El Parlamento Europeo recuerda que en el resto de la Unión Europea la caza con perro está prohibida por ley a causa de la crueldad que conlleva.
El Parlamento pide que las Rehalas en Andalucia (y ahora también en Extremadura) dejen de ser Bien de Interés Cultural.
👉 Carta enviada por el Parlamento Europeo:
Bruselas, 11 de marzo de 2021
Carta abierta sobre el bienestar de los perros de caza en España
En nombre del Intergrupo del Parlamento Europeo sobre Bienestar y Conservación de los Animales, escribimos para expresar nuestra preocupación por el trato que se da en España a los perros de caza.
El artículo 13 del Tratado de Lisboa exige que los Estados miembros de la UE adapten sus legislaciones nacionales de manera que cumplan con la consideración a los animales como seres sintientes (sentient beings) y la misma sea tenida en cuenta en futuras iniciativas políticas.
Nos preocupa especialmente el lento avance en la introducción e implementación de leyes de bienestar animal en España con respecto a los galgos y otros perros de caza.
Si bien la conciencia sobre la necesidad de una protección eficaz del medio ambiente y el bienestar animal está aumentando en la sociedad española, el desarrollo de leyes y políticas de bienestar animal no ha seguido el ritmo de esta tendencia.
El trato a los galgos y a otros perros de caza en España es un ejemplo particularmente grave. La responsabilidad de legislar y hacer cumplir la ley en cuanto a protección animal recae en las 17 comunidades autónomas, lo que da lugar a un conjunto diverso de normativas de difícil aplicación.
Consecuencia directa de esta falta de integración es que España tiene la mayor incidencia de perros abandonados en la Unión Europea, con más de 180.000 perros rescatados solo en 2019 (datos de la Fundación Affinity en su estudio sobre perreras y centros de rescate españoles publicado en 2020). Sin embargo, las cifras oficiales están en marcado contraste con estos datos, contemplando tan solo ocho galgos abandonados en 2019.
Consideramos que el trato a los perros de caza en España está en contradicción con los valores europeos y no encontramos justificación alguna de la diferenciación en la protección que se otorga a los animales de compañía, frente a la que se da a galgos y otros perros de caza, considerados animales de trabajo. Distinción que sin lugar a equívocos está disminuyendo notablemente su nivel de protección, negándoles la condición de seres sintientes reconocidos en el Artículo 13 que, entre otras cosas, exige que se los mantenga en condiciones razonables de habitabilidad y libres de todo sufrimiento innecesario, incluido el abandono y maltrato por parte de sus dueños.
Cabe señalar en este contexto que, en el resto de la Unión Europea, la caza con perros en campo abierto, modalidad en la que no interviene el hombre, está prohibida por ley a causa de la crueldad que ella conlleva.
Esto contrasta con las leyes y prácticas que en España se impulsan activamente desde lo público, incluso hasta el punto de otorgar subvenciones a organizaciones involucradas en el fomento de la caza con galgos y otros perros.
Por tanto, recomendamos que se considere urgentemente la necesidad de una ley unificada de protección animal que abarque todo el territorio español. Se necesitan medidas legales renovadas en las áreas de cría, identificación y registro de perros, junto con la ejecución efectiva de multas ejemplares y penas privativas de libertad en casos extremos de crueldad animal, así como la creación de controles policiales sistemáticos con la provisión de los recursos adecuados.
Además, la legislación española actual permite que el 85,6% del territorio nacional sea terreno de caza, privilegiando al 1,6% de la población que tiene licencia de caza. Durante el confinamiento debido al COVID- 19, en 2020 los cazadores quedaron exentos de las restricciones que se aplican al resto de la población y actividades de ocio al aire libre. Su actividad, la caza, tuvo como consecuencia 52 accidentes mortales, mientras que cerca de 600 personas resultaron heridas.
Por lo anterior, solicitamos respetuosamente al gobierno español y a sus organismos competentes, que reconozcan y respeten el derecho de los españoles no cazadores, el 98,4% de la población, de disfrutar de la naturaleza e interactuar con el medio ambiente de manera pacífica, sin las restricciones impuestas por la caza y la desproporcionada asignación en exclusiva de tierras para fines cinegéticos. Asimismo, hacemos un llamamiento al refuerzo, apoyo y al debido reconocimiento a la labor de las agencias de protección del bienestar animal y su personal, Agentes Forestales, quienes se han declarado desprotegidos frente a los cazadores en numerosas ocasiones. Su número insuficiente se traduce en que los cazadores pueden realizar sus actividades en gran medida exentos de cualquier requisito legal destinado a prevenir la crueldad animal.
En el anexo enumeramos una serie de medidas concretas que consideramos de mucha importancia que sean incluidas en una ley unificada de protección animal y confiamos en que el gobierno español tomará debidamente en cuenta esta carta.
Es imposible mirar los ojos de un perro y no ver el amor en su forma más lúcida y benigna. Están límpios de culpa, pecado y mentira. Sucede lo mismo de uno u otro modo con todos los animales, pero la conexión humana con el perro es la más intensa de entre todos, al menos en la mayor parte del mundo, porque no va de cultura, sino de abrazar la empatía y el vínculo que transmiten.
Existen algunos avances animalistas que veremos en vida, de un modo más o menos generalizado. Uno es el fin de los circos o la experimentación con animales, la tauromafia, los zoos y la caza con perros. Me gustaría añadir la caza en general o el mascotismo, pero la sociedad no está preparada -si es que alguna vez lo ha estado completamente- para cualquier cambio. Para quien quiere un mundo nuevo respecto a nuestra relación con el resto de faunas, todo es siempre demasiado lento. La caza con perros es una actividad que muestra crueldad, pero ante todo la inutilidad de quien caza para lograrlo por sus propios medios, siguiendo rastros y entendiendo la naturaleza como se hacía hace 5000 años, eso nunca lo hace el cazador habitual.
En España se calculan medio millón de perros explotados para cazar, lo cual delata la incompetencia y las nulas dotes cinegéticas de esa chusma de protohumanas españolas que se hacen llamar ampulosamente ¨cazadoras¨, comparándose generosamente con leones, lobos o águilas, y que no llegan en aptitudes, ni a la pelusilla de sus patas. Gente que sin ese armamento cada vez más mortífero, drones de seguimiento, perros, todoterrenos y tecnología a cuál más letal y perversa, no pasarían de cazar las bandejas de carne de la nevera del supermercado, como máximo trofeo. De ese medio millón de perros, de 200 a 300.000 son galgos, podencos el resto, y algunas otras razas. Una vez acabada la temporada de caza, los miembros de los pelotones de fusilamiento abandonan o ejecutan a 50.000 de ellos.
50.000 perros. Anualmente. Sólo en España. Lo cual no evita que esos ¨cazadores¨ se golpéen el pecho defendiéndose afirmando que ¨aman a sus perros¨. La desvergüenza y la estupidez, de la mano. Existen cerca de 200.000 licencias en España para caza con galgo, y cada energúmeno fusilador posee de 3 a 5 perros, que renuevan cada 2 o 3 años. Dependiendo de cómo se comporten, algunos de ellos duran sólo meses si no les resultan útiles. Son herramientas, y las herramientas son cosas, y las cosas se tiran. No les implantan chips identificativos, pero incluso en el caso de que los pongan, los abandonan o los matan con el cuello degollado o las orejas cortadas para poder extraer el chip, denunciando que los robaron o se escaparon como modo de coartada. Los perros son lanzados a pozos o barrancos, donde se les suelen romper los huesos en la caída, hasta que mueren de sed, hambre, miedo, traumatismos y soledad, o son ahorcados vivos con una cuerda. El sadismo de esta práctica consiste a menudo en hacerlo con una cuerda especialmente corta para que no puedan sentarse, o mantenerlo colgado de pie, con las patas de atrás apoyadas, buscando tocar el suelo para no asfixiarse. A esta práctica, los palurdos la llaman ¨escribir a máquina¨. También son atados con alambres a árboles, con un palo en la boca para que no puedan alimentarse, o asfixiados en bolsas de basura… porque ni siquiera valen lo que cuesta una bala que los mataría rápidamente. Todavía recuerdo en mi infancia ver perros secos, en puro cuero, ahorcados en los alrededores del pueblo donde me crié, colgados por los cazadores y los pastores. Las décadas no hicieron en esa gente más que darles una apariencia humana, pero siguen siendo, esencialmente, mierda.
La Federación española de galgueros tiene registrados entre 30 y 35.000 perros, aunque sus muestras de adn o tatuajes de control no llegan a 15.000. Sólo se mantienen con vida a las hembras, para hacerlas parir una y otra vez, sin respetar sus ciclos biológicos y aumentando el precio de los cachorros si son de la federación. Se matan muchos cachorros que no hayan sido reservados, porque son cosas y las cosas se tiran.
Los paletos que practican ¨caza¨ intentan a menudo curar heridas de los galgos o cortar sus espolones sin conocimiento veterinario, provocando lesiones físicas y psíquicas de por vida. No se registra ni se lleva a juicio apenas una milésima parte de los abandonos, ni se contabiliza cuántos son adoptados por particulares o protectoras, existiendo una auténtica red europea de adopción responsable para salvar a cuantos galgos se pueda de la necia furia española y de sus leyes primitivas aprobadas por juristas primitivas y políticas primitivas, tal como existió en su momento una red europea de salvación de judías del régimen nazi, y por los mismos motivos.
El entrenamiento de galgos es otro horror. Atados a coches en grupos, haciéndolos correr por carreteras rurales y pistas, sin importar si están a 45 grados al sol o bajo el hielo de madrugada. Si existen robos de galgos ¨pertenecientes¨a la federación o campeones en concursos, estos son cometidos por otros ¨cazadores¨, legales o furtivos que en realidad son los mismos. España es el país con más cazadores de Europa, con el historial más alto de abandonos, y jamás un cazador ha entrado en prisión, incluso siendo juzgado y condenado por auténticas masacres de destripamientos, crueldad sádica, saña psicópata y tortura contra animales. Por otro lado, pero por el mismo, un gran porcentaje de femicidios cometidos en España son llevados a cabo por disparo de arma de caza. Caza y asesinato de mujeres están relacionadas, los cazadores llegan a amenazar, apuntar y matar a gente, incluso guardias forestales o sus propios hijos. Recoger setas, hacer deporte o pasear por el monte, ha sido la condena a muerte de muchas personas. Se calcula que cada semana al menos un äccidente de caza¨ sucede en el territorio español.
Últimamente ha sido llevada a cabo una reforma de las leyes animalista que protege a todos los perros… salvo a los usados en caza, los cuales llevan precisamente el peso de la más trágica suerte de cuantas existen. Los motivos de esta incomprensible exclusión y desamparo es el lobby cazador entre muchas personas del gobierno. España es un país de caciques, esencialmente franquista, infierno para el galgo y otros perros usados en caza y para todos los animales en especial. Recordemos que en España sigue esa nauseabunda tradición de mutilar y acuchillar a un toro mientras miles de personas ríen…
Permitir la caza sólo por motivos pretendidamente reguladores es como pegar a las mujeres sólo cuando lo merecen. Acercarse a la naturaleza para disparar a sus moradoras, es como acercarse al amor para violarlo. Por otro lado la caza nunca ha regulado nada, sólo existe para que gente peligrosa canalice su violencia y su placer sádico por el asesinato contra los animales no humanos, en lugar de contra los humanos. Para garantizar ¨material de suministro¨ para esa pulsión asesina, existen 802 granjas de repoblación de animales silvestres, como jabalíes, liebres, perdices, ciervos, corzos… o cotos de semilibertad, que no son sino granjas, con animales acostumbrados al ser humano, y que no huyen cuando los acechan y ejecutan. Un familiar mío gestiona el segundo coto de caza más grande del país, con 10.000 ha. y fotografiar los animales allá no requiere esfuerzo, por lo confiados que son.
250.000 zorros anuales son ejecutados por la turba cazadora, acusados de esquilmar ¨sus¨ piezas de caza, y los perros son muy utilizados en esos crimenes, aniquilando madres lactantes y zorreznos en sus propias madrigueras. El campo español no es más que un inmenso paredón de fusilamiento, donde siguen las hordas franquistas, fusilando republicanas. No es casualidad que España sea el segundo país del mundo con más fosas comunes no exhumadas de la guerra civil. España sigue, esencialmente, siendo franquista, lo repito. La caza no regula poblaciones, es mentira, en ningún país, sólo es una actividad genocida y ecocida, que deja toneladas de plomo ultracontaminante para aves de zonas húmedas y ecosistema acuáticos. La caza es sangre, tripas, basura y barbarie.
Nuestra relación con los perros -ya desde sus inicios cinegéticos- no es tan romántica como queremos pensar. La historia de Hachikō, el famoso perro japonés que esperaba todo el día a su cuidador y que siguió esperándolo cuando murió, no es otra que la del amor romántico trágico, la de un perro esclavo de su lealtad y de su purísimo amor no correspondido, condenado a amar a alguien perteneciente a una especie que no sabe de amor. Sin interactuar con otros perros, consumiendo su vida en la espera a cambio de unas migajas de ternura, como una versión contemporánea de Penélope que los machos de nuestra especie hicieron leyenda y ensalzaron en cine, literatura, monumentos y mitos, para mantener fresca la idea de la sumisión, para mostrar cuál es el buen camino de los ¨buenos animales de compañía¨ -similar al concepto de ¨buena esposa¨-, relegados a un papel asignado: la esclavitud, la servitud emocional, su rol de mascotas al servicio de las necesidades y caprichos emocionales de la gente, incompetente en cualquier materia amorosa. No estamos a la altura del amor de los perros, y tomamos su amor como el modelo de amor, sin poner de nuestra parte.
Pero la gente sigue comprando perros ignorando que son versiones artificales de animales, señalados por la muerte prematura y el sufrimiento. Si compras por ejemplo un galgo, gran danés, braco de weimar, san bernardo, pastor alemán, rotweiller o mastín, entre otros, se condena a vigilar durante su vida la cantidad de comida y bebida que ingiere, porque se le puede girar el estómago, y morir. También sufren problemas articulares y cardiovasculares. Un pastor collie es probable que desarrolle problemas en la retina y el nervio óptico hasta la ceguera. El pug u otra raza de hocico corto sufren a una mala respiración, incomodidad y sufrimiento constante. Con un labrador, deberás vigilar que haga paseos largos, porque tienden a desarrollar obesidad y problemas de salud. Si compras un dachshund o perro salchicha, tendrá problemas de espalda o hernias discales durante toda su vida. Los doberman o cavalieres king charles solerán tener problemas de corazón, el husky sufrirá trastornos inmunitarios y úlceras. Si compras bulldog inglés y frances, carlino, Boston Terrier o Shih-tzu, probablemente tendrá problemas en los ojos, desprotección o lesiones durante su vida, un dálmata o cocker spaniel podrán tener problemas de audición, y un tokshire terrier, podrá desarrollar enfermedades hepáticas Si compras un boxer, su tendencia será al cáncer y los tumores, un chihuahua, tendrá propensión a problemas de cabeza y tráquea, un caniche podrá padecer de glaucoma, el bullterrier, tal vez desarrolle acrodermatitis letal, y muera antes de ser adulto. Los shar pei tienden a problemas de dermatitis, displasia de cadera, cataratas, hipotiroidismo o megaesófago… y un largo etcétera. Los animales de raza son chapuzas creadas por el delirio megalómano de mercaderes racistas, más interesadas en su concepto de belleza que en la salud y vida del animal. Comprar perros de raza es reconocer que importa más el sentido estético que la vida del animal. No se quiere al animal, en resumen, sino a una misma, condenando a la madre en un criadero a seguir siendo preñada y perder a sus hijos para el lucro de mercaderes, a ser asesinada cuando deje de ser productiva o a ser abandonada, mientras miles de otros perros sin raza serán matado en albergues saturados.
La caza con perros debe abolirse, los galgos nos miran, esperan nuestra respuesta, que detengamos su dolor. Legalizar la caza sólo porque hay quien la disfruta, es como legalizar el racismo sólo porque existen millones de racistas. Más allá de los gustos personales (criminales en muchos casos), las leyes deben comprometerse con el avance ético de las sociedades, independientemente de la idiosincrasia de las culturas o los hábitos. No hay ética cuando hay víctimas, no hay sociedad cuando hay víctimas, sólo cementerios de asfalto. Los galgos en realidad son galguienes, alguienes, no algos, seres increíblemente tiernos y vivaces, con el gen de la sensibilidad a flor de piel, en sus ojos se refleja su interior noble y genuino, como el que expande la mirada del cerdo o del pez, inquietas y curiosas por la vida, deseosos de felicidad y paz. Sí, igual que nosotras.
AGRADECIMIENTO ESPECIAL A: Montse Y. Yepes por la ayuda.
El Fin de la temporada de caza se vuelve a posicionar como el segundo motivo de abandono de animales, y primer motivo de abandono de perros en España.
Sí. Un año más la caza se posiciona como el primer motivo de abandono de perros en España según los datos que el estudio de la Fundación Affinity ha realizado con los datos obtenidos en 461 centros de acogida de animales, el pasado año 2021.
Cabe recordar que los datos de la Fundación Affinity son los más completos de los que disponemos, pero reflejan el número de animales recogidos por las protectoras, no el número de animales abandonados. Que muchos, por desgracia nunca llegan a las protectoras y son atropellados, asesinados o mueren de inanición en nuestros campos.
En 2021 se abandonaron 285.554 perros y gatos en España (117.898 gatos y 167.656 perros), de los cuales el 13,4% (38.264 perros) se abandonaron con motivo del fin de la temporada de caza (entre enero y febrero).
La primera causa de abandono son las camadas indeseadas, (60.537 perros y gatos) de la cual se recogen el doble de camadas de gatos con respecto a las camadas de perros.
Un 54,7% y un 26% de los animales recogidos por los refugios son respectivamente cachorros de gato y perro. La mayoría de ellos provienen de nacimiento de camadas no deseadas. Es importante que todas las familias controlen de manera efectiva la reproducción de sus perros y gatos para evitar este fenómeno, principal responsable de la sobrepoblación de animales de compañía que existe en la actualidad.
En las principales razones declaradas por las familias que entregaron a su animal de compañía a un refugio en 2021 se suman tanto abandono de perros como de gatos, exceptuando el Fin de la temporada de caza (que solo afecta solo a perros) y el riesgo de contraer toxoplasmosis (que solo afecta solo a gatos). Con lo cual, si restamos los gatos abandonados a estas razones, el “Fin de la temporada de caza” sin duda es el motivo más importante y alarmante de abandono de perros en España.
Las entidades de protección animal que han participado en el estudio señalan el final de la temporada de caza como el segundo motivo más importante de abandono de animales de compañía. Este dato nos parece particularmente alarmante, si pensamos que la segunda causa global de abandono se relaciona específicamente con los perros que participan en actividades de caza, y que sólo suponen una pequeña parte de los casi 7.000.000 de perros que viven en España.
Por supuesto los cazadores no solo pueden abandonar perros por la razón del fin de la temporada de caza. También pueden abandonar perros por tener:
Camadas indeseadas
Por problemas de comportamiento del animal
Por perdida de interés por el perro
Por cambio de domicilio
Por factores económicos
Por alergias
Por defunción….
Por lo que el porcentaje total de perros de caza abandonados podría ser muy superior al 12% que refleja la estadística. Esta estadística de la Fundación Affinity se basa en los motivos que aportan las familias que llevan directamente a su animal a las protectoras (12%), no incluyendo los motivos del grueso de animales abandonados, que son los rescatados de la calle por particulares, policía y protectoras. (83%)
Para poder tener una visión más amplia y cercana a la realidad habría que estudiar la procedencia de este 83% de animales encontrados abandonados en la calle. Ya que el 83% de los animales que llegan a las protectoras son rescatados por equipos de rescate, por la policía y por particulares.
Del 12% de animales entregados por las familias en las protectoras (34.266 animales) el 13,4% (4.591 perros) son abandonados por el motivo de el Fin de la temporada de caza. A los que habría que sumar el resto de perros de caza entregados por otros motivos diferentes.
Del 83% de perros recogidos abandonados en la calle (139.154 perros) el 68% (94.625 perros) podrían ser galgos y podencos según las cifras ofrecidas por los rescatistas.
Llegando a sumar casi 100.000 perros de razas de caza abandonados en España en 2021.
Los datos que ofrece SOS Rescue en sus redes sociales (la asociación de rescate de perros más grande de España, con una treintena de equipos de rescate) son claros. El porcentaje de galgos y podencos (sin contar otras razas de perros de caza) que rescatan cada mes y durante todo el año, varía entre el 50% y el 75%. De los 730 perros rescatados por SOS Rescue en 2021, aproximadamente 500 fueron galgos y podencos (68%), según los datos ofrecidos el Presidente de SOS Rescue.
Estas cifras ofrecidas por los rescatistas elevarían el número a 114.006 galgos y podencos RECOGIDOS POR LAS PROTECTORAS en España cada año.
¿Puede España permitir estas cifras tan alarmantes?
¿Hasta cuando podrán las protectoras asumir tal número de abandonos y encontrar familia para tantos animales abandonados?
¿Qué medidas tiene pensado realizar el Gobierno para acabar con esta situación?
Enlace al estudio “Él nunca lo haría. Estudio sobre abandono y adopción de animales de compañía 2022”
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