MANIFIESTO NO A LA CAZA 4F 2024

MANIFIESTO NO A LA CAZA 4F 2024

Querido compañero, que te acuestas cada noche en la oscuridad de tu chenil, de tu zulo, de tu rehala, ladrándole a la luna. Sin saber que existe el calor de una caricia. 

Que te despiertas con el cuerpo encogido, a veces de dolor, a veces de hambre, a veces de miedo. 

Cómo explicarte que cada noche, me acuesto con tu misma soledad, con tu misma angustia, con el alma rota de pensarte. 

A ti también, querido compañero salvaje y puro, que todavía no sabes que esos estruendos de fuego vienen a por ti. Para convertir tu bondad en trofeo, para estropear la dulzura de tu belleza y convertirla en sangre. 

Cómo explicarte que cada noche, me atormenta tu vulnerabilidad, me abruma tu inocencia, corriendo por los bosques que son tu hogar. Y que para algunos… son sólo un campo de tiro y de ambición. 

Cómo explicarle al mundo, que cada noche pierdo una batalla. 

Y que cada mañana, recojo los despojos de mi corazón hecho añicos, formado por todas las vidas nobles que están privadas de libertad y sumidas en un profundo sufrimiento, y lo recompongo. Le vuelvo a dar forma, lo forjo como la espada de la guerrera que no se da por vencida. Me pongo la coraza de la dignidad, de la esperanza, del amor. 

Y vuelvo a luchar por ti. 

Este año, nos sentimos más que nunca discriminados. Discernidos.  

Degradados por un país para el que hay perros de primera y perros de segunda.  Excluidos por unos políticos que no entienden el valor de una vida, el milagro de recibirla ni el dolor de arrancarla. 

Pero para nosotros, guerreros y guerreras incansables, una batalla perdida no es el final. Es sólo una traición que vamos a ser capaces de remontar. Conseguiremos romper el candado de esta cárcel en la que nos sentimos, de costumbres retrógradas, crueles e interesadas. Romperemos las cadenas que os mantienen atados a una España rancia llena de dolor y oscuridad, que necesita urgentemente evolucionar.  

Este manifiesto es nuestro juramento solemne: no vamos a parar. No os vamos a dejar solos. 

Lucharemos hasta el final. ¡NO A LA CAZA! 

¿CÓMO NO SE AYUDA A LOS ANIMALES SILVESTRES ?

¿CÓMO NO SE AYUDA A LOS ANIMALES SILVESTRES ?

Foto: JAVIER LÓPEZ MORÁN

El mundo cinegético y las administraciones son los enemigos  naturales de la fauna silvestre. Los primeros de forma directa con sus disparos, persecuciones y masacres indiscriminadas que destruyen, no solo a los animales a los que tirotean de forma directa, sino toda la cadena natural trófica y los espacios en los que viven los animales. Los segundos lo son  por omisión de sus deberes y obligaciones de protección a los animales y por su apoyo y financiación al mundo cinegético y a todos aquellos centros de recuperación que, no solo no protegen a los animales silvestres, sino que suponen una estafa absoluta a la vida y a las personas que confían en ellos.

Además de esto, muchas acciones individuales hechas con la mejor de las intenciones por cualquiera de nosotr@s pueden ocasionar mucho daño a los animales silvestres.

Aquí os dejamos algunas de las cosas que,, según nuestra opinión, no debemos hacer: 

1- Alimentar a los animales adultos sanos si no hay una causa mayor ( inundaciones,  incendios, temporales…) que lo justifique.

Esto sucede mucho con zorros. Estos animales, curiosos y sociables por naturaleza, tienden a acercarse a los humanos  para conseguir algo de comer. Con toda su buena intención, es muy probable que alguien les dé comer con la mano o que se acerque demasiado convirtiendo al zorro en carne de cañón de escopeteros.
Un animal silvestre que confíe en los humanos, es un animal muerto.
En caso de tratarse de un cachorro, un animal  enfermo, mutilado, herido, etc, hay que rescatarlo con ayuda de personas especialistas en ello y llevarlo a un sitio adecuado ( en la mayoría de los CREAS y en los CRAS a los animales considerados cinegéticos los eutanasian sin miramientos) para posteriormente intentar reintroducirlo, en caso de que se pueda.
Si es un animal adulto y sano y no existe ninguna situación excepcional de incendio, temporal, etc, no debemos interactuar de ningún modo con él, y en caso de que se dé dicha situación excepcional los alimentos nunca se dan con la mano, se dejan por la zona con el fin de que los animales los encuentren pero sin relacionarlos con los humanos.

2 – Coger animales, estresarlos, causarles heridas y lesiones.

Esto es aplicable para todo tipo de animales, insectos, anfibios, reptiles, peces …Si no es para rescatarlos o ayudarlos, no se tocan.
Las fotos, los vídeos y los caprichos humanos no valen ni un minuto de estrés de un animal que está en su hábitat realizando su ciclo vital.¿Os gusta la fotografía? Compraos un teleobjetivo.
Es importantísimo enseñarles a los niños que a los animales se les observa, se les contempla, se les estudia y se les admira, pero no se les toca ni se les daña de ningún modo. No se meten en botes, no se llevan a casa, no se cogen con redes. Se les deja en paz .
En caso que haya que rescatarlos de algún peligro se deben coger con un cuidado extremo y si es posible con guantes, especialmente a los herpetos.

3- Mover piedras, alterar el espacio, acercarse a nidos, tocar las madrigueras…Todo tiene su función y posiblemente sea aprovechado por algún animal como refugio, como escondite, como madriguera…

Debajo de las piedras viven insectos, reptiles, arácnidos y micromamíferos y si las levantamos les dejamos sin protección y sin refugio.

Los nidos de las aves están situados de forma estratégica para ocultarse de los depredadores, de modo que alterar cualquier elemento del entorno puede dejarlos en una situación vulnerable.

Tampoco debemos acercarnos puesto que nuestra huella de olor puede atraer a otros animales.

4- Expoliar el monte llevándonos todas las moras y otros frutos ya que son alimento de muchos animales.

5- Tener animales silvestres en cautividad incluidas arañas, peces en peceras, reptiles y anfibios. Compartir fotos, vídeos o darle like a estas imágenes de animales desnaturalizados, fomenta el comercio y el tráfico con todas las muertes que ello conlleva.

6- Acudir a zoológicos o a lugares en los que haya animales cautivos que no sean verdaderos centros de recuperación o santuarios. 

En cambio, cambiar nuestros hábitos alimenticios, dejar de invadir sus hábitats, educar a los niños en el respeto a los animales, recoger basura, recorrer el monte en busca de trampas para los animales para denunciarlas y retirarlas, buscar puntos de agua artificiales que supongan un peligro e instalar rampas hechas con piedras o tablones para que puedan escapar  y  rescatar a todos aquellos que lo necesiten, son acciones individuales que mejorarán de forma sensible la vida de los animales silvestres.

Texto: ALICIA ROA | Free Fox · Nuestros amigos los zorros

Foto: JAVIER LÓPEZ MORÁN

CARTA DEL PARLAMENTO EUROPEO

CARTA DEL PARLAMENTO EUROPEO

🔴 La demoledora carta del Parlamento Europeo, subrayando que el trato a los perros de caza en España va en contra de los valores europeos.

Se envió a las 17 comunidades autónomas y al gobierno. Esta carta expresa la profunda preocupación que siente Europa por esta situación.

El Parlamento Europeo recuerda que en el resto de la Unión Europea la caza con perro está prohibida por ley a causa de la crueldad que conlleva.

El Parlamento pide que las Rehalas en Andalucia (y ahora también en Extremadura) dejen de ser Bien de Interés Cultural.

👉 Carta enviada por el Parlamento Europeo:

Bruselas, 11 de marzo de 2021

Carta abierta sobre el bienestar de los perros de caza en España

En nombre del Intergrupo del Parlamento Europeo sobre Bienestar y Conservación de los Animales, escribimos para expresar nuestra preocupación por el trato que se da en España a los perros de caza.

El artículo 13 del Tratado de Lisboa exige que los Estados miembros de la UE adapten sus legislaciones nacionales de manera que cumplan con la consideración a los animales como seres sintientes (sentient beings) y la misma sea tenida en cuenta en futuras iniciativas políticas.

Nos preocupa especialmente el lento avance en la introducción e implementación de leyes de bienestar animal en España con respecto a los galgos y otros perros de caza.

Si bien la conciencia sobre la necesidad de una protección eficaz del medio ambiente y el bienestar animal está aumentando en la sociedad española, el desarrollo de leyes y políticas de bienestar animal no ha seguido el ritmo de esta tendencia.

El trato a los galgos y a otros perros de caza en España es un ejemplo particularmente grave. La responsabilidad de legislar y hacer cumplir la ley en cuanto a protección animal recae en las 17 comunidades autónomas, lo que da lugar a un conjunto diverso de normativas de difícil aplicación.

Consecuencia directa de esta falta de integración es que España tiene la mayor incidencia de perros abandonados en la Unión Europea, con más de 180.000 perros rescatados solo en 2019 (datos de la Fundación Affinity en su estudio sobre perreras y centros de rescate españoles publicado en 2020). Sin embargo, las cifras oficiales están en marcado contraste con estos datos, contemplando tan solo ocho galgos abandonados en 2019.

Consideramos que el trato a los perros de caza en España está en contradicción con los valores europeos y no encontramos justificación alguna de la diferenciación en la protección que se otorga a los animales de compañía, frente a la que se da a galgos y otros perros de caza, considerados animales de trabajo. Distinción que sin lugar a equívocos está disminuyendo notablemente su nivel de protección, negándoles la condición de seres sintientes reconocidos en el Artículo 13 que, entre otras cosas, exige que se los mantenga en condiciones razonables de habitabilidad y libres de todo sufrimiento innecesario, incluido el abandono y maltrato por parte de sus dueños.

Cabe señalar en este contexto que, en el resto de la Unión Europea, la caza con perros en campo abierto, modalidad en la que no interviene el hombre, está prohibida por ley a causa de la crueldad que ella conlleva.

Esto contrasta con las leyes y prácticas que en España se impulsan activamente desde lo público, incluso hasta el punto de otorgar subvenciones a organizaciones involucradas en el fomento de la caza con galgos y otros perros.

Por tanto, recomendamos que se considere urgentemente la necesidad de una ley unificada de protección animal que abarque todo el territorio español. Se necesitan medidas legales renovadas en las áreas de cría, identificación y registro de perros, junto con la ejecución efectiva de multas ejemplares y penas privativas de libertad en casos extremos de crueldad animal, así como la creación de controles policiales sistemáticos con la provisión de los recursos adecuados.

Además, la legislación española actual permite que el 85,6% del territorio nacional sea terreno de caza, privilegiando al 1,6% de la población que tiene licencia de caza. Durante el confinamiento debido al COVID- 19, en 2020 los cazadores quedaron exentos de las restricciones que se aplican al resto de la población y actividades de ocio al aire libre. Su actividad, la caza, tuvo como consecuencia 52 accidentes mortales, mientras que cerca de 600 personas resultaron heridas.

Por lo anterior, solicitamos respetuosamente al gobierno español y a sus organismos competentes, que reconozcan y respeten el derecho de los españoles no cazadores, el 98,4% de la población, de disfrutar de la naturaleza e interactuar con el medio ambiente de manera pacífica, sin las restricciones impuestas por la caza y la desproporcionada asignación en exclusiva de tierras para fines cinegéticos. Asimismo, hacemos un llamamiento al refuerzo, apoyo y al debido reconocimiento a la labor de las agencias de protección del bienestar animal y su personal, Agentes Forestales, quienes se han declarado desprotegidos frente a los cazadores en numerosas ocasiones. Su número insuficiente se traduce en que los cazadores pueden realizar sus actividades en gran medida exentos de cualquier requisito legal destinado a prevenir la crueldad animal.

En el anexo enumeramos una serie de medidas concretas que consideramos de mucha importancia que sean incluidas en una ley unificada de protección animal y confiamos en que el gobierno español tomará debidamente en cuenta esta carta.

Atentamente,

Anja Hazekamp MEP

Presidenta del Intergrupo

Petras Auštrevičius MEP

Vice-Presidente del Intergrupo

NoAlaCaza

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GALGUIENES

GALGUIENES

Es imposible mirar los ojos de un perro y no ver el amor en su forma más lúcida y benigna. Están límpios de culpa, pecado y mentira. Sucede lo mismo de uno u otro modo con todos los animales, pero la conexión humana con el perro es la más intensa de entre todos, al menos en la mayor parte del mundo, porque no va de cultura, sino de abrazar la empatía y el vínculo que transmiten.

Existen algunos avances animalistas que veremos en vida, de un modo más o menos generalizado. Uno es el fin de los circos o la experimentación con animales, la tauromafia, los zoos y la caza con perros. Me gustaría añadir la caza en general o el mascotismo, pero la sociedad no está preparada -si es que alguna vez lo ha estado completamente- para cualquier cambio. Para quien quiere un mundo nuevo respecto a nuestra relación con el resto de faunas, todo es siempre demasiado lento. La caza con perros es una actividad que muestra crueldad, pero ante todo la inutilidad de quien caza para lograrlo por sus propios medios, siguiendo rastros y entendiendo la naturaleza como se hacía hace 5000 años, eso nunca lo hace el cazador habitual.

En España se calculan medio millón de perros explotados para cazar, lo cual delata la incompetencia y las nulas dotes cinegéticas de esa chusma de protohumanas españolas que se hacen llamar ampulosamente ¨cazadoras¨, comparándose generosamente con leones, lobos o águilas, y que no llegan en aptitudes, ni a la pelusilla de sus patas. Gente que sin ese armamento cada vez más mortífero, drones de seguimiento, perros, todoterrenos y tecnología a cuál más letal y perversa, no pasarían de cazar las bandejas de carne de la nevera del supermercado, como máximo trofeo. De ese medio millón de perros, de 200 a 300.000 son galgos, podencos el resto, y algunas otras razas. Una vez acabada la temporada de caza, los miembros de los pelotones de fusilamiento abandonan o ejecutan a 50.000 de ellos.

50.000 perros. Anualmente. Sólo en España. Lo cual no evita que esos ¨cazadores¨ se golpéen el pecho defendiéndose afirmando que ¨aman a sus perros¨. La desvergüenza y la estupidez, de la mano. Existen cerca de 200.000 licencias en España para caza con galgo, y cada energúmeno fusilador posee de 3 a 5 perros, que renuevan cada 2 o 3 años. Dependiendo de cómo se comporten, algunos de ellos duran sólo meses si no les resultan útiles. Son herramientas, y las herramientas son cosas, y las cosas se tiran. No les implantan chips identificativos, pero incluso en el caso de que los pongan, los abandonan o los matan con el cuello degollado o las orejas cortadas para poder extraer el chip, denunciando que los robaron o se escaparon como modo de coartada. Los perros son lanzados a pozos o barrancos, donde se les suelen romper los huesos en la caída, hasta que mueren de sed, hambre, miedo, traumatismos y soledad, o son ahorcados vivos con una cuerda. El sadismo de esta práctica consiste a menudo en hacerlo con una cuerda especialmente corta para que no puedan sentarse, o mantenerlo colgado de pie, con las patas de atrás apoyadas, buscando tocar el suelo para no asfixiarse. A esta práctica, los palurdos la llaman ¨escribir a máquina¨. También son atados con alambres a árboles, con un palo en la boca para que no puedan alimentarse, o asfixiados en bolsas de basura… porque ni siquiera valen lo que cuesta una bala que los mataría rápidamente. Todavía recuerdo en mi infancia ver perros secos, en puro cuero, ahorcados en los alrededores del pueblo donde me crié, colgados por los cazadores y los pastores. Las décadas no hicieron en esa gente más que darles una apariencia humana, pero siguen siendo, esencialmente, mierda.

La Federación española de galgueros tiene registrados entre 30 y 35.000 perros, aunque sus muestras de adn o tatuajes de control no llegan a 15.000. Sólo se mantienen con vida a las hembras, para hacerlas parir una y otra vez, sin respetar sus ciclos biológicos y aumentando el precio de los cachorros si son de la federación. Se matan muchos cachorros que no hayan sido reservados, porque son cosas y las cosas se tiran.

Los paletos que practican ¨caza¨ intentan a menudo curar heridas de los galgos o cortar sus espolones sin conocimiento veterinario, provocando lesiones físicas y psíquicas de por vida. No se registra ni se lleva a juicio apenas una milésima parte de los abandonos, ni se contabiliza cuántos son adoptados por particulares o protectoras, existiendo una auténtica red europea de adopción responsable para salvar a cuantos galgos se pueda de la necia furia española y de sus leyes primitivas aprobadas por juristas primitivas y políticas primitivas, tal como existió en su momento una red europea de salvación de judías del régimen nazi, y por los mismos motivos.

El entrenamiento de galgos es otro horror. Atados a coches en grupos, haciéndolos correr por carreteras rurales y pistas, sin importar si están a 45 grados al sol o bajo el hielo de madrugada. Si existen robos de galgos ¨pertenecientes¨a la federación o campeones en concursos, estos son cometidos por otros ¨cazadores¨, legales o furtivos que en realidad son los mismos. España es el país con más cazadores de Europa, con el historial más alto de abandonos, y jamás un cazador ha entrado en prisión, incluso siendo juzgado y condenado por auténticas masacres de destripamientos, crueldad sádica, saña psicópata y tortura contra animales. Por otro lado, pero por el mismo, un gran porcentaje de femicidios cometidos en España son llevados a cabo por disparo de arma de caza. Caza y asesinato de mujeres están relacionadas, los cazadores llegan a amenazar, apuntar y matar a gente, incluso guardias forestales o sus propios hijos. Recoger setas, hacer deporte o pasear por el monte, ha sido la condena a muerte de muchas personas. Se calcula que cada semana al menos un äccidente de caza¨ sucede en el territorio español.

Últimamente ha sido llevada a cabo una reforma de las leyes animalista que protege a todos los perros… salvo a los usados en caza, los cuales llevan precisamente el peso de la más trágica suerte de cuantas existen. Los motivos de esta incomprensible exclusión y desamparo es el lobby cazador entre muchas personas del gobierno. España es un país de caciques, esencialmente franquista, infierno para el galgo y otros perros usados en caza y para todos los animales en especial. Recordemos que en España sigue esa nauseabunda tradición de mutilar y acuchillar a un toro mientras miles de personas ríen…

Permitir la caza sólo por motivos pretendidamente reguladores es como pegar a las mujeres sólo cuando lo merecen. Acercarse a la naturaleza para disparar a sus moradoras, es como acercarse al amor para violarlo. Por otro lado la caza nunca ha regulado nada, sólo existe para que gente peligrosa canalice su violencia y su placer sádico por el asesinato contra los animales no humanos, en lugar de contra los humanos. Para garantizar ¨material de suministro¨ para esa pulsión asesina, existen 802 granjas de repoblación de animales silvestres, como jabalíes, liebres, perdices, ciervos, corzos… o cotos de semilibertad, que no son sino granjas, con animales acostumbrados al ser humano, y que no huyen cuando los acechan y ejecutan. Un familiar mío gestiona el segundo coto de caza más grande del país, con 10.000 ha. y fotografiar los animales allá no requiere esfuerzo, por lo confiados que son.

250.000 zorros anuales son ejecutados por la turba cazadora, acusados de esquilmar ¨sus¨ piezas de caza, y los perros son muy utilizados en esos crimenes, aniquilando madres lactantes y zorreznos en sus propias madrigueras. El campo español no es más que un inmenso paredón de fusilamiento, donde siguen las hordas franquistas, fusilando republicanas. No es casualidad que España sea el segundo país del mundo con más fosas comunes no exhumadas de la guerra civil. España sigue, esencialmente, siendo franquista, lo repito. La caza no regula poblaciones, es mentira, en ningún país, sólo es una actividad genocida y ecocida, que deja toneladas de plomo ultracontaminante para aves de zonas húmedas y ecosistema acuáticos. La caza es sangre, tripas, basura y barbarie.

Nuestra relación con los perros -ya desde sus inicios cinegéticos- no es tan romántica como queremos pensar. La historia de Hachikō, el famoso perro japonés que esperaba todo el día a su cuidador y que siguió esperándolo cuando murió, no es otra que la del amor romántico trágico, la de un perro esclavo de su lealtad y de su purísimo amor no correspondido, condenado a amar a alguien perteneciente a una especie que no sabe de amor. Sin interactuar con otros perros, consumiendo su vida en la espera a cambio de unas migajas de ternura, como una versión contemporánea de Penélope que los machos de nuestra especie hicieron leyenda y ensalzaron en cine, literatura, monumentos y mitos, para mantener fresca la idea de la sumisión, para mostrar cuál es el buen camino de los ¨buenos animales de compañía¨ -similar al concepto de ¨buena esposa¨-, relegados a un papel asignado: la esclavitud, la servitud emocional, su rol de mascotas al servicio de las necesidades y caprichos emocionales de la gente, incompetente en cualquier materia amorosa. No estamos a la altura del amor de los perros, y tomamos su amor como el modelo de amor, sin poner de nuestra parte.

Pero la gente sigue comprando perros ignorando que son versiones artificales de animales, señalados por la muerte prematura y el sufrimiento. Si compras por ejemplo un galgo, gran danés, braco de weimar, san bernardo, pastor alemán, rotweiller o mastín, entre otros, se condena a vigilar durante su vida la cantidad de comida y bebida que ingiere, porque se le puede girar el estómago, y morir. También sufren problemas articulares y cardiovasculares. Un pastor collie es probable que desarrolle problemas en la retina y el nervio óptico hasta la ceguera. El pug u otra raza de hocico corto sufren a una mala respiración, incomodidad y sufrimiento constante. Con un labrador, deberás vigilar que haga paseos largos, porque tienden a desarrollar obesidad y problemas de salud. Si compras un dachshund o perro salchicha, tendrá problemas de espalda o hernias discales durante toda su vida. Los doberman o cavalieres king charles solerán tener problemas de corazón, el husky sufrirá trastornos inmunitarios y úlceras. Si compras bulldog inglés y frances, carlino, Boston Terrier o Shih-tzu, probablemente tendrá problemas en los ojos, desprotección o lesiones durante su vida, un dálmata o cocker spaniel podrán tener problemas de audición, y un tokshire terrier, podrá desarrollar enfermedades hepáticas Si compras un boxer, su tendencia será al cáncer y los tumores, un chihuahua, tendrá propensión a problemas de cabeza y tráquea, un caniche podrá padecer de glaucoma, el bullterrier, tal vez desarrolle acrodermatitis letal, y muera antes de ser adulto. Los shar pei tienden a problemas de dermatitis, displasia de cadera, cataratas, hipotiroidismo o megaesófago… y un largo etcétera. Los animales de raza son chapuzas creadas por el delirio megalómano de mercaderes racistas, más interesadas en su concepto de belleza que en la salud y vida del animal. Comprar perros de raza es reconocer que importa más el sentido estético que la vida del animal. No se quiere al animal, en resumen, sino a una misma, condenando a la madre en un criadero a seguir siendo preñada y perder a sus hijos para el lucro de mercaderes, a ser asesinada cuando deje de ser productiva o a ser abandonada, mientras miles de otros perros sin raza serán matado en albergues saturados.

La caza con perros debe abolirse, los galgos nos miran, esperan nuestra respuesta, que detengamos su dolor. Legalizar la caza sólo porque hay quien la disfruta, es como legalizar el racismo sólo porque existen millones de racistas. Más allá de los gustos personales (criminales en muchos casos), las leyes deben comprometerse con el avance ético de las sociedades, independientemente de la idiosincrasia de las culturas o los hábitos. No hay ética cuando hay víctimas, no hay sociedad cuando hay víctimas, sólo cementerios de asfalto. Los galgos en realidad son galguienes, alguienes, no algos, seres increíblemente tiernos y vivaces, con el gen de la sensibilidad a flor de piel, en sus ojos se refleja su interior noble y genuino, como el que expande la mirada del cerdo o del pez, inquietas y curiosas por la vida, deseosos de felicidad y paz. Sí, igual que nosotras.

AGRADECIMIENTO ESPECIAL A: Montse Y. Yepes por la ayuda.

TEXTO DE: XAVIER BAYLE

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Manifiesto Convocatoria NO A LA CAZA 5 Febrero 2023

Manifiesto Convocatoria NO A LA CAZA 5 Febrero 2023

AUTOR: Julio Ortega Fraile

Podríamos celebrar las concentraciones de hoy asomados a fosas llenas de esqueletos y cadáveres a medio descomponer de perros de cazadores. 

O alrededor de árboles en cuyas ramas crecen galgos con sus tráqueas aplastadas.

O frente a cheniles donde es difícil distinguir entre las heces y los cuerpos desnutridos e infectados, entre el hedor a mierda y el olor a muerte lenta y dolorosa. 

Pero no sólo de brutalidad con sus perros se alimenta la depravación de los cazadores:

Podríamos estar a las puertas de un criadero de hurones con idéntica capacidad para sufrir que los perros e igualmente abandonados tras su utilización por enfermos, heridos o inservibles. 

O acompañando los últimos metros de terror y agonía de cualquier animal con los órganos reventados, mientras sus alas se rompen o sus patas se doblan para desplomarse allí donde un escopetero lo acuchillará o, sonriendo, simplemente esperará a que termine de morirse. 

O de pie junto al ataúd de un cazador, de un ciclista o de un senderista donde la autopsia dictamina fallecimiento por herida de arma de fuego que la ley disfraza de accidente, pero detrás está la prisa por matar de gente con más dinero para pagar un psicotécnico que aptitudes para superarlo.

También podríamos guardar silencio y mostrar lo que ni una sola palabra necesita para engendrar llanto y arcadas:

Heridas escarbadas en la carne para extraer microchips acusadores.

Pulmones anegados de agua por ahogamiento.

Globos oculares estallados por el fuego.

Impactos de balas.

Patas y cráneos fracturados tras despeñarse.

Amasijos de piel y sangre seca sobre el asfalto como epílogo de abandonos.

Hurones con argollas de metal en sus gargantas para que no dañen a las presas.

Perdices de reclamo con las alas recortadas para impedirles volar.

Huérfanos y viudas llorando a otro muerto por la caza. A veces, las lágrimas vienen de padres que ya no lo son porque su hijo de 4 años recibió un disparo durante una montería.

Podríamos enseñar, sí, todo el HORROR al que se ven abocadas las innumerables víctimas de la caza a quienes, apartando la vista ante él, escogen ser cómplices de aquellos que orgullosos lo causan y embusteros lo niegan. Porque en esto no existe la ignorancia. Lo que hay se llama hipocresía, cobardía e interés. 

El improbable voto de un cazador, aun ensangrentado, es mordaza en la boca de la mayoría de los políticos para denunciar sus atrocidades. ¡Aquí el interés!

Las amenazas de ese colectivo conocido por su violencia hacen que no les llegue la camisa al cuerpo hasta tal punto que prefieren mostrar connivencia con sus actos criminales. ¡Aquí la cobardía!

Sin embargo nos juran a las ciudadanas y ciudadanos que ellos son adalides del Progreso, de la Igualdad y de la Justicia. ¡Aquí la hipocresía!

No esperamos nada más que despojos en la moral y la conducta de los cazadores porque son personajes sanguinarios que llevan el cáncer de la crueldad enquistado en las entrañas. Gentuza que mata animales por pasatiempo, competición, orgullo o por ahorrarse gastos. Que reclaman poder disparar legalmente -fuera de la ley ya lo hacen- también a lobos, osos, cigüeñas o perros y gatos callejeros, que les dejen matar en parques nacionales, que se permita el cruel silvestrismo, que no se declaren en riesgo de extinción especies que gracias a ellos lo están, la no prohibición del plomo o pasearse por los colegios para inculcar en la infancia que arrebatar vidas es jugar a ser adultos.

Las manifestaciones que protagonizan estos personajes siniestros para mostrarse como víctimas recuerdan a las lágrimas y a los argumentos tramposos de un maltratador reincidente ante el juez. Y nunca, NUNCA tienen bastante porque su violencia es como una droga: cada vez necesitan dosis mayores y en intervalos menores. Si les conceden matar a cincuenta especies ellos piden que sean quinientas; si les permiten disparar y acuchillar durante tres meses, exigen ampliarlos a once; si les autorizan a cazar con treinta centímetros de nieve, reclaman que sea posible con un metro.

Pero porque ya no nos caben más lágrimas en los ojos, ni más nauseas en los estómagos, ni más rabia en los puños. Porque estamos hasta los ovarios y cojones de los asesinatos de esta caterva armada a la que siempre le caben nuevos muertos, exigimos a los políticos que legislen de forma inmediata para poner fin a sus crímenes. Y si no tienen la decencia de hacerlo, nosotros continuaremos descendiendo cada noche por los círculos del infierno en que habitan los perros de los cazadores junto al resto de sus víctimas, pero nos vamos a asegurar de que esos políticos desayunan cada mañana tostadas con las vísceras de los perros que llaman de trabajo y a los que niegan idéntica protección que al resto, zumos que les sepan a las hemorragias de todos los muertos de la caza, y café edulcorado con el inmenso e irrenunciable asco de la sociedad por ser tan hipócritas como cobardes.

Somos Activistas por los Derechos de los Animales. Conocemos el dolor, no el desánimo. Recibimos amenazas que buscan intimidarnos, pero no nos asustan. Y no pensamos detenernos hasta poner fin a esta Muerte, a esta maldita Muerte absurda, temprana, cruenta y de proporciones incontables a manos de una cuadrilla sanguinaria que vive para destruir.

Compañeras, compañeros, ¡Gracias por vuestra generosidad, valor y esfuerzo! ¡Gracias, hoy y siempre, por vuestra lucha, una lucha impagable e imprescindible! Caeremos, cometeremos errores, nos llevaremos decepciones, pero sin duda venceremos porque ¡NO NOS RENDIREMOS JAMÁS!

Julio Ortega Fraile

Autor del libro La Mirada de los Otros y coautor Palabras para un Toro sin Voz

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