GALGUIENES

GALGUIENES

Es imposible mirar los ojos de un perro y no ver el amor en su forma más lúcida y benigna. Están límpios de culpa, pecado y mentira. Sucede lo mismo de uno u otro modo con todos los animales, pero la conexión humana con el perro es la más intensa de entre todos, al menos en la mayor parte del mundo, porque no va de cultura, sino de abrazar la empatía y el vínculo que transmiten.

Existen algunos avances animalistas que veremos en vida, de un modo más o menos generalizado. Uno es el fin de los circos o la experimentación con animales, la tauromafia, los zoos y la caza con perros. Me gustaría añadir la caza en general o el mascotismo, pero la sociedad no está preparada -si es que alguna vez lo ha estado completamente- para cualquier cambio. Para quien quiere un mundo nuevo respecto a nuestra relación con el resto de faunas, todo es siempre demasiado lento. La caza con perros es una actividad que muestra crueldad, pero ante todo la inutilidad de quien caza para lograrlo por sus propios medios, siguiendo rastros y entendiendo la naturaleza como se hacía hace 5000 años, eso nunca lo hace el cazador habitual.

En España se calculan medio millón de perros explotados para cazar, lo cual delata la incompetencia y las nulas dotes cinegéticas de esa chusma de protohumanas españolas que se hacen llamar ampulosamente ¨cazadoras¨, comparándose generosamente con leones, lobos o águilas, y que no llegan en aptitudes, ni a la pelusilla de sus patas. Gente que sin ese armamento cada vez más mortífero, drones de seguimiento, perros, todoterrenos y tecnología a cuál más letal y perversa, no pasarían de cazar las bandejas de carne de la nevera del supermercado, como máximo trofeo. De ese medio millón de perros, de 200 a 300.000 son galgos, podencos el resto, y algunas otras razas. Una vez acabada la temporada de caza, los miembros de los pelotones de fusilamiento abandonan o ejecutan a 50.000 de ellos.

50.000 perros. Anualmente. Sólo en España. Lo cual no evita que esos ¨cazadores¨ se golpéen el pecho defendiéndose afirmando que ¨aman a sus perros¨. La desvergüenza y la estupidez, de la mano. Existen cerca de 200.000 licencias en España para caza con galgo, y cada energúmeno fusilador posee de 3 a 5 perros, que renuevan cada 2 o 3 años. Dependiendo de cómo se comporten, algunos de ellos duran sólo meses si no les resultan útiles. Son herramientas, y las herramientas son cosas, y las cosas se tiran. No les implantan chips identificativos, pero incluso en el caso de que los pongan, los abandonan o los matan con el cuello degollado o las orejas cortadas para poder extraer el chip, denunciando que los robaron o se escaparon como modo de coartada. Los perros son lanzados a pozos o barrancos, donde se les suelen romper los huesos en la caída, hasta que mueren de sed, hambre, miedo, traumatismos y soledad, o son ahorcados vivos con una cuerda. El sadismo de esta práctica consiste a menudo en hacerlo con una cuerda especialmente corta para que no puedan sentarse, o mantenerlo colgado de pie, con las patas de atrás apoyadas, buscando tocar el suelo para no asfixiarse. A esta práctica, los palurdos la llaman ¨escribir a máquina¨. También son atados con alambres a árboles, con un palo en la boca para que no puedan alimentarse, o asfixiados en bolsas de basura… porque ni siquiera valen lo que cuesta una bala que los mataría rápidamente. Todavía recuerdo en mi infancia ver perros secos, en puro cuero, ahorcados en los alrededores del pueblo donde me crié, colgados por los cazadores y los pastores. Las décadas no hicieron en esa gente más que darles una apariencia humana, pero siguen siendo, esencialmente, mierda.

La Federación española de galgueros tiene registrados entre 30 y 35.000 perros, aunque sus muestras de adn o tatuajes de control no llegan a 15.000. Sólo se mantienen con vida a las hembras, para hacerlas parir una y otra vez, sin respetar sus ciclos biológicos y aumentando el precio de los cachorros si son de la federación. Se matan muchos cachorros que no hayan sido reservados, porque son cosas y las cosas se tiran.

Los paletos que practican ¨caza¨ intentan a menudo curar heridas de los galgos o cortar sus espolones sin conocimiento veterinario, provocando lesiones físicas y psíquicas de por vida. No se registra ni se lleva a juicio apenas una milésima parte de los abandonos, ni se contabiliza cuántos son adoptados por particulares o protectoras, existiendo una auténtica red europea de adopción responsable para salvar a cuantos galgos se pueda de la necia furia española y de sus leyes primitivas aprobadas por juristas primitivas y políticas primitivas, tal como existió en su momento una red europea de salvación de judías del régimen nazi, y por los mismos motivos.

El entrenamiento de galgos es otro horror. Atados a coches en grupos, haciéndolos correr por carreteras rurales y pistas, sin importar si están a 45 grados al sol o bajo el hielo de madrugada. Si existen robos de galgos ¨pertenecientes¨a la federación o campeones en concursos, estos son cometidos por otros ¨cazadores¨, legales o furtivos que en realidad son los mismos. España es el país con más cazadores de Europa, con el historial más alto de abandonos, y jamás un cazador ha entrado en prisión, incluso siendo juzgado y condenado por auténticas masacres de destripamientos, crueldad sádica, saña psicópata y tortura contra animales. Por otro lado, pero por el mismo, un gran porcentaje de femicidios cometidos en España son llevados a cabo por disparo de arma de caza. Caza y asesinato de mujeres están relacionadas, los cazadores llegan a amenazar, apuntar y matar a gente, incluso guardias forestales o sus propios hijos. Recoger setas, hacer deporte o pasear por el monte, ha sido la condena a muerte de muchas personas. Se calcula que cada semana al menos un äccidente de caza¨ sucede en el territorio español.

Últimamente ha sido llevada a cabo una reforma de las leyes animalista que protege a todos los perros… salvo a los usados en caza, los cuales llevan precisamente el peso de la más trágica suerte de cuantas existen. Los motivos de esta incomprensible exclusión y desamparo es el lobby cazador entre muchas personas del gobierno. España es un país de caciques, esencialmente franquista, infierno para el galgo y otros perros usados en caza y para todos los animales en especial. Recordemos que en España sigue esa nauseabunda tradición de mutilar y acuchillar a un toro mientras miles de personas ríen…

Permitir la caza sólo por motivos pretendidamente reguladores es como pegar a las mujeres sólo cuando lo merecen. Acercarse a la naturaleza para disparar a sus moradoras, es como acercarse al amor para violarlo. Por otro lado la caza nunca ha regulado nada, sólo existe para que gente peligrosa canalice su violencia y su placer sádico por el asesinato contra los animales no humanos, en lugar de contra los humanos. Para garantizar ¨material de suministro¨ para esa pulsión asesina, existen 802 granjas de repoblación de animales silvestres, como jabalíes, liebres, perdices, ciervos, corzos… o cotos de semilibertad, que no son sino granjas, con animales acostumbrados al ser humano, y que no huyen cuando los acechan y ejecutan. Un familiar mío gestiona el segundo coto de caza más grande del país, con 10.000 ha. y fotografiar los animales allá no requiere esfuerzo, por lo confiados que son.

250.000 zorros anuales son ejecutados por la turba cazadora, acusados de esquilmar ¨sus¨ piezas de caza, y los perros son muy utilizados en esos crimenes, aniquilando madres lactantes y zorreznos en sus propias madrigueras. El campo español no es más que un inmenso paredón de fusilamiento, donde siguen las hordas franquistas, fusilando republicanas. No es casualidad que España sea el segundo país del mundo con más fosas comunes no exhumadas de la guerra civil. España sigue, esencialmente, siendo franquista, lo repito. La caza no regula poblaciones, es mentira, en ningún país, sólo es una actividad genocida y ecocida, que deja toneladas de plomo ultracontaminante para aves de zonas húmedas y ecosistema acuáticos. La caza es sangre, tripas, basura y barbarie.

Nuestra relación con los perros -ya desde sus inicios cinegéticos- no es tan romántica como queremos pensar. La historia de Hachikō, el famoso perro japonés que esperaba todo el día a su cuidador y que siguió esperándolo cuando murió, no es otra que la del amor romántico trágico, la de un perro esclavo de su lealtad y de su purísimo amor no correspondido, condenado a amar a alguien perteneciente a una especie que no sabe de amor. Sin interactuar con otros perros, consumiendo su vida en la espera a cambio de unas migajas de ternura, como una versión contemporánea de Penélope que los machos de nuestra especie hicieron leyenda y ensalzaron en cine, literatura, monumentos y mitos, para mantener fresca la idea de la sumisión, para mostrar cuál es el buen camino de los ¨buenos animales de compañía¨ -similar al concepto de ¨buena esposa¨-, relegados a un papel asignado: la esclavitud, la servitud emocional, su rol de mascotas al servicio de las necesidades y caprichos emocionales de la gente, incompetente en cualquier materia amorosa. No estamos a la altura del amor de los perros, y tomamos su amor como el modelo de amor, sin poner de nuestra parte.

Pero la gente sigue comprando perros ignorando que son versiones artificales de animales, señalados por la muerte prematura y el sufrimiento. Si compras por ejemplo un galgo, gran danés, braco de weimar, san bernardo, pastor alemán, rotweiller o mastín, entre otros, se condena a vigilar durante su vida la cantidad de comida y bebida que ingiere, porque se le puede girar el estómago, y morir. También sufren problemas articulares y cardiovasculares. Un pastor collie es probable que desarrolle problemas en la retina y el nervio óptico hasta la ceguera. El pug u otra raza de hocico corto sufren a una mala respiración, incomodidad y sufrimiento constante. Con un labrador, deberás vigilar que haga paseos largos, porque tienden a desarrollar obesidad y problemas de salud. Si compras un dachshund o perro salchicha, tendrá problemas de espalda o hernias discales durante toda su vida. Los doberman o cavalieres king charles solerán tener problemas de corazón, el husky sufrirá trastornos inmunitarios y úlceras. Si compras bulldog inglés y frances, carlino, Boston Terrier o Shih-tzu, probablemente tendrá problemas en los ojos, desprotección o lesiones durante su vida, un dálmata o cocker spaniel podrán tener problemas de audición, y un tokshire terrier, podrá desarrollar enfermedades hepáticas Si compras un boxer, su tendencia será al cáncer y los tumores, un chihuahua, tendrá propensión a problemas de cabeza y tráquea, un caniche podrá padecer de glaucoma, el bullterrier, tal vez desarrolle acrodermatitis letal, y muera antes de ser adulto. Los shar pei tienden a problemas de dermatitis, displasia de cadera, cataratas, hipotiroidismo o megaesófago… y un largo etcétera. Los animales de raza son chapuzas creadas por el delirio megalómano de mercaderes racistas, más interesadas en su concepto de belleza que en la salud y vida del animal. Comprar perros de raza es reconocer que importa más el sentido estético que la vida del animal. No se quiere al animal, en resumen, sino a una misma, condenando a la madre en un criadero a seguir siendo preñada y perder a sus hijos para el lucro de mercaderes, a ser asesinada cuando deje de ser productiva o a ser abandonada, mientras miles de otros perros sin raza serán matado en albergues saturados.

La caza con perros debe abolirse, los galgos nos miran, esperan nuestra respuesta, que detengamos su dolor. Legalizar la caza sólo porque hay quien la disfruta, es como legalizar el racismo sólo porque existen millones de racistas. Más allá de los gustos personales (criminales en muchos casos), las leyes deben comprometerse con el avance ético de las sociedades, independientemente de la idiosincrasia de las culturas o los hábitos. No hay ética cuando hay víctimas, no hay sociedad cuando hay víctimas, sólo cementerios de asfalto. Los galgos en realidad son galguienes, alguienes, no algos, seres increíblemente tiernos y vivaces, con el gen de la sensibilidad a flor de piel, en sus ojos se refleja su interior noble y genuino, como el que expande la mirada del cerdo o del pez, inquietas y curiosas por la vida, deseosos de felicidad y paz. Sí, igual que nosotras.

AGRADECIMIENTO ESPECIAL A: Montse Y. Yepes por la ayuda.

TEXTO DE: XAVIER BAYLE

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AMENAZAS DE CAZADORES

AMENAZAS DE CAZADORES

En noviembre de 2010 publiqué un texto con el título de “Amenazas de cazadores” donde relataba una situación real. Terminaba con esta frase: “Es la crónica de una ejecución anunciada”.

A pesar de las amenazas (algunas de muerte) y de las agresiones recibidas, la víctima de aquellos cazadores continúa viva trece años después, pero en todo este tiempo lejos de cesar tales actitudes y los motivos que las originaban, que ya venían de atrás, han seguido teniendo lugar las conductas agresivas por parte de los escopeteros y su limpiarse las chirucas con la Ley a la hora de hacer lo que tanto les divierte: disparar a animales, sólo que ahora, a todo eso y al menos en esta ocasión, se suma un comportamiento por parte de miembros las Fuerzas de Seguridad calificable como poco de escasamente profesional.

Julio F., dueño de varias fincas en un Concello de Ourense que están segregadas del Tecor (Terreno cinegéticamente ordenado) “San Trocado e Cidades” mediante una Resolución emitida por la Consellería de Medio Ambiente de A Xunta de Galicia el 21 de marzo de 2006, lleva desde entonces teniendo que ver y soportar cómo los cazadores se meten con sus perros a cazar en sus terrenos aunque esté prohibido, además de arrancarle una y otra vez los carteles que indican que que aquellas fincas están legalmente declaradas como “Refugio de Fauna” o dispararle a los más altos. La actitud de éstos cuando les ha recordado que no podían cazar allí ha sido frecuentemente, y según ya contaba en aquel texto, soltarle frases como «Lárgate de aquí, no molestes que ya te conocemos y vas a acabar mal», «Cazo donde me sale de los cojo…», «Ya te dije el año pasado que un día te voy a matar» o, aludiendo a otros cazadores que en aquel entonces tuvieron que indemnizar a este hombre por haberle propinado una paliza en una situación similar, advertirle así: «Yo no te voy a pagar. Yo voy a tu casa, te mato y te tiro en una esquina».

El 2 de octubre de 2022, igual que llevan haciendo desde mucho tiempo atrás de forma descarada e impune los miembros de Tecor “San Trocado e Cidades” a pesar de su ilegalidad y estar penado el incumplimiento con sanción grave, se encontraban cazando en una de las fincas reconocidas como “Refugio de Fauna” propiedad de Julio. Por cierto, que también ocupaban una carretera pegada a esa parcela, y aunque eso no está prohibido en Galicia porque desde 2013 en dicha Comunidad se permite la caza en carreteras públicas asfaltadas que no estén expresamente señalizadas como tales, algo realmente demencial, conviene apuntar que aquella medida modificó la normativa anterior que no lo autorizaba, y que O Valedor do Pobo de Galicia, el equivalente al Defensor del Pueblo, lleva años recomendando que no se permita por el peligro que conlleva, una indicación que A Xunta sigue burlando.

Pero volvamos a esa mañana: Julio, al ver lo que estaba pasando, detuvo su coche en la carretera pegada al Refugio y le dijo al cazador que se encontró armado junto a la entrada de su finca que lo que estaba haciendo era ilegal, avisando de forma inmediata a la Guardia Civil y quedándose allí a esperarla. A los segundos de bajarse de su vehículo observó (está grabado) como uno de los perros de caza salía del “Refugio de Fauna”. El cazador llamó a otros participantes para suspender la batida, decirles que se reuniesen en ese lugar y comunicarles que iban a denunciar a Julio. Desde el primer momento se sucedieron las acusaciones falsas por parte de los escopeteros (minutos 0:43,1:50, 10:50), los insultos y comentarios despectivos hacia él (minuto 10:08) e incluso a su mujer (minuto 13:25), todo ello con una actitud chulesca en la que queda patente el carácter pendenciero y provocador de esta gente. Y algo especialmente grave: uno de los cazadores, precisamente el responsable de la batida, mantuvo hasta un rato antes de la llegada de los efectivos de la Guardia Civil su arma cargada estando Julio a su lado (minuto 7:37).

Durante esos minutos, largos porque tardaron en aparecer, Julio estaba grabando con el móvil al igual que hacían cazadores, por lo tanto, los hechos no se pueden considerar un enfrentamiento de versiones contrapuestas de lo ocurrido. Vídeo y documentación los convierten en una realidad única y demostrable.

Transcribo a continuación un párrafo extraído del relato escrito por el propio Julio en su blog, ya que resume perfectamente la situación:

«Después de 17 años viendo como los cazadores pisotean nuestros derechos, los refugios de fauna, la falta de vigilancia y protección a la normativa, la “desaparición” de las denuncias y pruebas que enviamos a Medio Ambiente, incluso de falsificación de “Censos de Fauna”, el robo de señalización, los disparos a los letreros que colocamos en lo alto para evitar su sustracción, etc., ahora parece que pretenden que tampoco denunciemos los abusos de los escopeteros y que les regalemos nuestras fincas, los derechos de propiedad sobre ellas y, en caso de que protestemos reclamando que los guardias impongan la ley y protejan nuestros derechos, seamos nosotros los sancionados».

Todos sabemos cómo son los cazadores, tan capaces de asegurar que cazar no es matar a pesar de las fotografías que se hacen con los cadáveres de sus “trofeos”, como de jurar que aman a sus perros aunque la experiencia constate las cifras abrumadoras de los que son maltratados, abandonados o liquidados por inservibles en ese mundo de plomo y sangre. También somos conocedores de sus frecuentes “accidentes” con el resultado de humanos heridos o muertos consecuencia de su prisa por hacerse con una pieza más o por utilizar armas bajo condiciones físicas o psíquicas mermadas o en lugares no autorizados, y cuando el tiroteado no es uno de ellos (la mayor parte de las veces lo es), alegan que la culpa fue de la víctima por estar allí ya que «El monte es suyo porque lo pagan». Parece que pàra ellos ese posesivo incluye las fincas de Julio legalmente segregadas de los cotos.

Pero lo que deja estupefacto antes de dar paso a la indignación es que miembros de la Guardia Civil muestren una actitud tan poco profesional, se nieguen a revisar las pruebas que Julio les pone delante (minuto 17:00) e incluso hagan comentarios totalmente fuera de lugar cuando una persona solicita su presencia para una intervención. Comentarios realizados por parte de la agente a Julio tales como “Ellos no vienen aquí por gusto, vienen a ejercer el deporte, que es un deporte, de la caza», “Usted nos ha llamado, yo le digo para qué nos ha llamado, para que los eche de aquí, y no lo voy a hacer porque tienen permiso”. Para cazar seguramente, ¿pero para hacerlo en un Refugio de Fauna también? Eso es algo en lo que ella no quiere entrar en ningún momento, ni cuando Julio le pide que lo haga constar en su informe. De esto, y aunque por supuesto se haya preservado su identidad cortando y silenciando partes en el vídeo público, hay pruebas en la grabación.

El caso es que lejos de incoar un expediente sancionador contra los cazadores por estar cazando donde lo tienen prohibido, lo abren contra Julio bajo la acusación de entorpecer la batida. La situación es surrealista y Julio ha presentado alegaciones contra el expediente sancionador, pero es que además merece una seria investigación sobre el comportamiento no ya sólo de los escopeteros por incumplir de forma reiterada la Resolución dictada por A Xunta sobre los Refugios de Fauna violando la Ley de Caza de Galicia en su art. 33.2: «En estas áreas (Refugios de Fauna) la caza estará permanentemente prohibida», así como en el art. 63.11: «Cuando los/las cazadores/as se encuentren a menos de 50 metros de personas ajenas a la cacería, han de descargar sus armas» (recordemos ese arma cargada en presencia de no cazadores), sino también sobre el de los números de la Guardia Civil en esta ocasión, porque analizando el testimonio gráfico parecen estar menoscabándose derechos de un ciudadano al negarse a ver en ese momento la documentación que les aporta así como no comprobar que, efectivamente, hay allí carteles que dejan claro que en esa finca no se puede cazar. A la vista de su intervención en el lugar de los hechos y de la actuación posterior, me atrevería a decir que su actuación no pareció muy digna del uniforme que llevaban. Apuntar que no pertenecían al SEPRONA.

Empleas tiempo y dinero en segregar legalmente tus fincas de terrenos de caza. A pesar de eso compruebas como año tras año los escopeteros desobedecen esa Orden pegando tiros en ellas. Y cuando avisas a la Guardia Civil para que levanten acta de tal infracción te encuentras con que el único culpable eres tú porque han cursado su denuncia atendiendo solamente a las declaraciones del responsable de la batida de caza y obviando las pruebas que les proporciona el verdadero perjudicado. ¿Cómo puede extrañar, ante hechos así, que los cazadores se crean tan impunes y actúen con tanta frecuencia y descaro de acuerdo a su sensación (justificada) de que ellos están por encima de la Ley?

Todo esto está pasando en la Galicia rural. Hace más de dos décadas que tengo relación con Julio. No nos hizo coincidir en un primer momento la lucha por lo derechos de los animales (él lleva desde hace muchos años en el activismo en primera línea jugándose el tipo) sino otra actividad. He estado en su casa, he acudido con él a campeonatos de matanzas de zorros y nos hemos mezclado con los cazadores haciéndonos pasar por periodistas locales. Sé de sus profundos conocimientos sobre todo esto, sé que lo lleva soportando durante tantos años, sé de la valentía y soledad de su lucha en un paisaje precioso, sí, pero amenazante y agresivo por parte de quienes lo consideran su feudo de exterminios, y todo esto hace que no pueda evitar recordar la historia real recreada en la película de As Bestas: el acoso, las amenazas, la indefensión, el saberse solo en un entorno hostil con él, el desamparo por parte de las autoridades y, al fin, el asesinato de Martin Verfordern en un rincón perdido de Galicia llamado Santoalla. Cierto que Julio sigue vivo. Con Martin, que grabó varios de aquellos enfrentamientos, tardaron cerca de tres años en cumplir sus amenazas, como aquella que le había hecho quien tiempo después le asesinó: «Ya estás gordo para matarte. Voy a por ti». Lo que le pasó a aquel holandés afincado en una aldea también de Ourense antes de que le pegaran un tiro con una escopeta de caza fue esa última frase de mi texto de 2010: la crónica de una ejecución anunciada. A Julio, durante estos años, ya le han agredido, golpeado con la culata de sus escopetas y encañonado, además de advertirle que se lo van a llevar por delante.

Sirvan estas líneas para que a nadie con sentido de la Justicia le dejen indiferente, para ponerse en el lugar de Julio, entender lo que tantos años lleva padeciendo y comprender que este no es un caso aislado, y para denunciar unos hechos que crean sensación de desprotección en los ciudadanos, además de falta de confianza en ciertas actuaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Vídeo:

Texto de: Julio Ortega Fraile

Autor del libro La Mirada de los Otros y coautor Palabras para un Toro sin Voz

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Manifiesto Convocatoria NO A LA CAZA 5 Febrero 2023

Manifiesto Convocatoria NO A LA CAZA 5 Febrero 2023

AUTOR: Julio Ortega Fraile

Podríamos celebrar las concentraciones de hoy asomados a fosas llenas de esqueletos y cadáveres a medio descomponer de perros de cazadores. 

O alrededor de árboles en cuyas ramas crecen galgos con sus tráqueas aplastadas.

O frente a cheniles donde es difícil distinguir entre las heces y los cuerpos desnutridos e infectados, entre el hedor a mierda y el olor a muerte lenta y dolorosa. 

Pero no sólo de brutalidad con sus perros se alimenta la depravación de los cazadores:

Podríamos estar a las puertas de un criadero de hurones con idéntica capacidad para sufrir que los perros e igualmente abandonados tras su utilización por enfermos, heridos o inservibles. 

O acompañando los últimos metros de terror y agonía de cualquier animal con los órganos reventados, mientras sus alas se rompen o sus patas se doblan para desplomarse allí donde un escopetero lo acuchillará o, sonriendo, simplemente esperará a que termine de morirse. 

O de pie junto al ataúd de un cazador, de un ciclista o de un senderista donde la autopsia dictamina fallecimiento por herida de arma de fuego que la ley disfraza de accidente, pero detrás está la prisa por matar de gente con más dinero para pagar un psicotécnico que aptitudes para superarlo.

También podríamos guardar silencio y mostrar lo que ni una sola palabra necesita para engendrar llanto y arcadas:

Heridas escarbadas en la carne para extraer microchips acusadores.

Pulmones anegados de agua por ahogamiento.

Globos oculares estallados por el fuego.

Impactos de balas.

Patas y cráneos fracturados tras despeñarse.

Amasijos de piel y sangre seca sobre el asfalto como epílogo de abandonos.

Hurones con argollas de metal en sus gargantas para que no dañen a las presas.

Perdices de reclamo con las alas recortadas para impedirles volar.

Huérfanos y viudas llorando a otro muerto por la caza. A veces, las lágrimas vienen de padres que ya no lo son porque su hijo de 4 años recibió un disparo durante una montería.

Podríamos enseñar, sí, todo el HORROR al que se ven abocadas las innumerables víctimas de la caza a quienes, apartando la vista ante él, escogen ser cómplices de aquellos que orgullosos lo causan y embusteros lo niegan. Porque en esto no existe la ignorancia. Lo que hay se llama hipocresía, cobardía e interés. 

El improbable voto de un cazador, aun ensangrentado, es mordaza en la boca de la mayoría de los políticos para denunciar sus atrocidades. ¡Aquí el interés!

Las amenazas de ese colectivo conocido por su violencia hacen que no les llegue la camisa al cuerpo hasta tal punto que prefieren mostrar connivencia con sus actos criminales. ¡Aquí la cobardía!

Sin embargo nos juran a las ciudadanas y ciudadanos que ellos son adalides del Progreso, de la Igualdad y de la Justicia. ¡Aquí la hipocresía!

No esperamos nada más que despojos en la moral y la conducta de los cazadores porque son personajes sanguinarios que llevan el cáncer de la crueldad enquistado en las entrañas. Gentuza que mata animales por pasatiempo, competición, orgullo o por ahorrarse gastos. Que reclaman poder disparar legalmente -fuera de la ley ya lo hacen- también a lobos, osos, cigüeñas o perros y gatos callejeros, que les dejen matar en parques nacionales, que se permita el cruel silvestrismo, que no se declaren en riesgo de extinción especies que gracias a ellos lo están, la no prohibición del plomo o pasearse por los colegios para inculcar en la infancia que arrebatar vidas es jugar a ser adultos.

Las manifestaciones que protagonizan estos personajes siniestros para mostrarse como víctimas recuerdan a las lágrimas y a los argumentos tramposos de un maltratador reincidente ante el juez. Y nunca, NUNCA tienen bastante porque su violencia es como una droga: cada vez necesitan dosis mayores y en intervalos menores. Si les conceden matar a cincuenta especies ellos piden que sean quinientas; si les permiten disparar y acuchillar durante tres meses, exigen ampliarlos a once; si les autorizan a cazar con treinta centímetros de nieve, reclaman que sea posible con un metro.

Pero porque ya no nos caben más lágrimas en los ojos, ni más nauseas en los estómagos, ni más rabia en los puños. Porque estamos hasta los ovarios y cojones de los asesinatos de esta caterva armada a la que siempre le caben nuevos muertos, exigimos a los políticos que legislen de forma inmediata para poner fin a sus crímenes. Y si no tienen la decencia de hacerlo, nosotros continuaremos descendiendo cada noche por los círculos del infierno en que habitan los perros de los cazadores junto al resto de sus víctimas, pero nos vamos a asegurar de que esos políticos desayunan cada mañana tostadas con las vísceras de los perros que llaman de trabajo y a los que niegan idéntica protección que al resto, zumos que les sepan a las hemorragias de todos los muertos de la caza, y café edulcorado con el inmenso e irrenunciable asco de la sociedad por ser tan hipócritas como cobardes.

Somos Activistas por los Derechos de los Animales. Conocemos el dolor, no el desánimo. Recibimos amenazas que buscan intimidarnos, pero no nos asustan. Y no pensamos detenernos hasta poner fin a esta Muerte, a esta maldita Muerte absurda, temprana, cruenta y de proporciones incontables a manos de una cuadrilla sanguinaria que vive para destruir.

Compañeras, compañeros, ¡Gracias por vuestra generosidad, valor y esfuerzo! ¡Gracias, hoy y siempre, por vuestra lucha, una lucha impagable e imprescindible! Caeremos, cometeremos errores, nos llevaremos decepciones, pero sin duda venceremos porque ¡NO NOS RENDIREMOS JAMÁS!

Julio Ortega Fraile

Autor del libro La Mirada de los Otros y coautor Palabras para un Toro sin Voz

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Poema NO A LA CAZA 5F 2023

Poema NO A LA CAZA 5F 2023

DENTRO DEL ZULO

Por: Marta Navarro García

Dentro del zulo el aire se rompe, aúlla, gime, desaparece.
Igual que nosotros, que al acabar la temporada
nos convertimos en huesos enjaulados,
en rumor de sogas,
en hambre y frío made in Spain.
Perdón, no me he presentado todavía.
Soy uno de los miles de perros de caza
que cada febrero se convierte
en estadística del abandono,
del olvido y de la infamia.

Dentro del zulo no existimos,
eso lo saben bien quienes nos abandonan.
Desde el nacimiento hasta la muerte,
pertenecemos a esos cementerios ambulantes
que se llaman cazadores.
Pertenecemos a quienes se deshacen de nosotros
cuando ya no les hacemos falta.

Dentro del zulo, de la soga, del hambre y del frío,
somos invisibles.
Pero, amigas, amigos, fuera del zulo tampoco existimos,
eso lo saben bien quienes legislan discriminándonos
de aquellos otros perros que viven en un hogar.
Ese hilo cruel que une a cazadores y legisladores
nos condena una vez más al maltrato, a la muerte.

Nos abandonan en el zulo
y nos abandonan en negociaciones infructuosas
donde somos una pieza de ajedrez sacrificada.
Una ley que discrimina a unos perros de otros
es una ley cruel e injusta.
Y una ley injusta no es una ley.
Dejad de llamar ley de protección a algo que no nos protege.
Llamadle trofeo político,
trampa para vender humo,
fracaso endulzado con sirope de maltrato.

Nos abandonan en el zulo,
nos abandonan en el Parlamento,
en pleno siglo XXI nos siguen abandonando.
Pero resistiremos,
porque algún día este país será digno
de todos los perros del mundo,
sin distinción.
¡Mismos perros, misma ley!

POESÍA
Marta Navarro García

Marta Navarro García (Zaragoza) es una poeta, narradora y articulista española. Edita el blog sobre cultura y actualidad Entrenómadas. Ha publicado poemas en las revistas culturales Rolde, Luke, Piedra del Molino e Isla de Siltolá. Ha sido articulista de Diarioaragonés.com. En la actualidad escribe en el diario digital aragonés Arainfo, en la revista feminista Píkara y en el blog sobre derechos animales El caballo de Nietzsche y en El Prismático de Aragón, ambas secciones de eldiario.es.

Autora galardonada y reconocida con distintos premios:

  • Las lecciones de la señora Kobayashi (Premio XXXIII Concurso de Poesía Ciudad de Tudela, 2017).
  • Una taza de té para Tía Bridget (Premio XLI Concurso de Cuentos Ciudad de Tudela, 2015).
  • La victoria del heno (Premio Victoria Kent, Fundación Victoria Kent de Cádiz, Málaga, 2007).
  • La espalda del viento (accésit del Premio de Poesía Gabriel y Galán, Guijo de Granadilla, Cáceres, 2006).

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Un año más, contamos con Luiso García para el cartel de la convocatoria de la manifestación 2023

Un año más, contamos con Luiso García para el cartel de la convocatoria de la manifestación 2023

Como todos los años, la Plataforma NAC ha convocado la manifestación nacional para el primer domingo de febrero y este año hemos volvemos a contar con la colaboración del artista Luiso García en la elaboración de la ilustración para el cartel de la convocatoria.

El reto de este año está vinculado a la tramitación de la Ley Nacional de Protección Animal y a las enmiendas que tratan de dejar fuera a los perros de caza y otros animales dedicados a la actividad cinegética. Le transmitimos a Luiso que la ilustración debía estar relacionada con esta temática y nos ha sorprendido con esta belleza de ilustración en la que ha captado el concepto a la percepción.

Podéis seguir su trabajo en sus redes sociales (Facebook/Instagram/Twitter) bajo el usuario de @luisoarte o en su página web www.luisogarcia.com

Os dejamos la ilustración «limpia» para que podáis disfrutarla.