Esta semana nos despertamos leyendo un alarde de artículo de investigación por parte de Jara y sedal. Daban respuesta al senador de Unidos Podemos Joan Comorera, miembro de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA), tras su pregunta del 14 de septiembre sobre si el gobierno había previsto algún tipo de medida o control administrativo para reducir el número de perros de caza, sobre todo galgos, que cada año son abandonados.

La Real Federación Española de Caza parece ser que ha tardado tres meses en investigar los datos que protectoras y activistas llevamos años manejando. Niegan que se abandonen 50.000 galgos al año y dan por válidos los datos del Seprona: 61 en 2017. Según la Federación Española de Galgos, en España hay 200.000 galgos federados cuya vida media es de 4 años. Las cifras salen redondas, cada ejercicio «sobran»  50.000. Si a esos 200.000 les sumamos los que se encuentran sin federar y los que se hallan en poder de los cazadores furtivos, podríamos hablar de más de 500.000 ejemplares en España. ¿Cómo se deshacen de ellos? Solo hay que consultar a las protectoras o echar un vistazo a sus redes sociales.

Según artículo de Público que enlazamos«desde 2012 a 2016, en el transcurso de esos cinco años, un total de 66.242 perros sufrieron algún tipo de maltrato, de los que 27.724 eran perros de caza, es decir, más del 40%. Una cifra muy elevada.»  «Las estadísticas del Seprona, no obstante, no recogen todos los casos de perros maltratados en España, sino únicamente los derivados de las actuaciones llevadas a cabo por unidades de la Guardia Civil, sin incluir los que son recogidos por comunidades autónomas, ayuntamientos, protectoras y asociaciones voluntarias. El Gobierno reconoce que el Seprona “no tiene constancia estadística” de estas actuaciones, de lo que se deduce que las cifras de maltrato son en realidad muy superiores, aunque no existe ningún organismo que recopile estos datos.Sólo en 2016, la lista de perros de caza que sufrieron maltrato la completan los 957 hallados en malas condiciones de alojamiento e higiene, los 37 con desnutrición o los 3.325 que no estaban registrados, carecían de microchip o les faltaba vacunación.»  

Estos son los datos de una protectora Española dedicada al rescate de galgos. Llegan a salvar cerca de mil por ejercicio.

La Fundación Benjamin Mehnert se ve obligada a cerrar la entrada de perros cada año porque sus instalaciones alcanzan el límite. Las cifras son claras: desde que empieza la temporada de caza hasta que finaliza la incoorporación de animales es muy superior al resto del año.

De estos datos podemos deducir que:

– El número de galgos abandonados que ofrece Seprona (61 galgos abandonados en 2016) dista mucho de las cifras reales de abandono que sufren los galgos

– Los datos de galgos recogidos por algunas protectoras en 2016:
FBM recogió 795 galgos.ACUNR recogió 250.
BaasGalgo recogió 118.
Pro-Galgo recogió 75.
Galgos del sur recogió 250.
Galgos del Sol recogió 113.

El mayor número de abandonos se produce en octubre y marzo. Siendo estos los meses de temporada de caza en los que se prueban y se descartan a los animales, contradiciendo también las estadísticas ofrecidas por la Fundación Affinity.

También argumenta la RFEC que en Europa está muy extendida la caza con galgo. otra mentira. En Portugal la afición por esta práctica es minoritaria y casi inexistente. En Irlanda se hace una especie de caza de liebre en hipódromos (no en monte) donde el galgo va con bozal. El año pasado el galgo campeón Irlandés dio positivo por cocaína y en 1991, el Irish Racing Board, organismo que regula las exportaciones de perros de carreras desde Irlanda, prohibió la exportación de estos animales a España sabiendo cuál es su trágico final. 

Del resto de países donde dicen se practica esta modalidad, debería saber la RFEC que el que exista un tipo de lebrel autóctono como es el caso del galgo italiano (piccolo), húngaro, ruso (borzoi) o persa (saluki) no significa que se cace con ellos. El Piccolo es un animal que apenas pasa de 5 kilos; el borzoi en cambio puede superar los 50. Se trata de perros que prácticamente son de exposición o de compañía. El saluki que usan los altos mandatarios árabes para capturar gacelas en ningún caso sufre el abandono y los malos tratos que sí padecen nuestros autóctonos galgos por parte de nuestros queridos cazadores españoles.

En Europa la caza con galgo está prohibida: Alemania 1952, Bélgica 1995, Escocia 2002, Reino Unido 2004 y en el resto de países europeos directamente no existe. En Argentina desde 2016, tras la polémica causada por el hallazgo de 50 perros de esta raza mutilados y quemados en una carretera.

Con los datos de la fundación Affinity estamos en lo mismo. La cuarta causa de abandono en España es ¡el fin de la temporada de caza! ¡¡¡La cuarta!!! Una vergüenza.

Recordamos que los datos de la fundación Affinity no son los de abandono, sino los de los perros rescatados por ALGUNAS protectoras, no todas. No se incluyen los de las perreras municipales, ni constan los animales atropellados en las carreteras. Tampoco los atados a vías de tren, los tirados a pozos, los lanzados a fosas, barrancos o ríos, los ahorcados, los matados al nacer por camadas indeseadas, etc.

También sostienen que el porcentaje de abandonos está disminuyendo. Cuando tan solo hay que saber leer una gráfica para observar que lejos de reducirse, parece frenarse con tendencia a subir la cifra de animales rescatados. Tal vez sea porque aumenta el número de personas concienciadas con el bienestar animal y cada vez se consiguen rescatar más animales antes de que mueran por la falta de humanidad de su antiguo dueño que lo dejó a su suerte en algún olivar de nuestros campos.

Lo que parece claro  es que mientras exista el MAL, el dolor y el maltrato hacia cualquier animal en este mundo, habrá gente con corazón luchando por el BIEN, el respeto, la educación y la empatía hacia los demás.

Seguimos en la lucha

#NoALaCaza